L'Empordanet. La esencia del genio ampurdanés

Fue Josep Pla quien bautizó esta porción del Baix Empordà como El Empordanet, un paisaje ufano al amparo del Montgrí, entre pueblos medievales y bellos campos.

Los parajes del Empordanet, muy cercanos a las playas de la Costa Brava, aún conservan el encanto de sus raíces.

Una ruta posible es recorrer sus pueblos medievales, auténticos oasis de tranquilidad. Se puede empezar por Pals, con un núcleo gótico ubicado en lo alto de una cima desde donde se divisa un paisaje único, y visitar la torre románica del antiguo castillo medieval (siglos XI y XII). La ruta sigue por Peratallada, seguramente el pueblo más visitado de toda la comarca. Declarado conjunto histórico-artístico, es uno de los núcleos más importantes de la arquitectura medieval del Empordà. Es imprescindible la visita al castillo fortificado, el palacio, las murallas y la iglesia románica de Sant Esteve, y dejarse perder por sus callejuelas. La ruta sigue hacia Vulpellac, en el que destaca el castillo-palacio del siglo XIV; la Bisbal d'Empordà, famosa por su cerámica, su castillo-palacio medieval y su pastelería, y Fonteta, donde, paseando por sus callejuelas, será difícil resistirse a su apreciado recuit (requesón). Más al oeste, se encuentra Cruïlles, donde no hay que perderse el monasterio de Sant Miquel de Cruïlles, uno de los principales vestigios de la arquitectura románica en Cataluña, y Monells, uno de los pueblos más bonitos de toda la comarca.

Un relajado paseo en bicicleta

El relieve llano y suave del Empordanet hace que visitarlo en bicicleta sea un placer. Existe una gran cantidad de caminos rurales señalizados para recorrer con tranquilidad la comarca y apreciar los principales valores patrimoniales de sus pueblos, así como la belleza de sus campos y bosques.