Iglesias de Sant Pere, Santa Maria y Sant Miquel

Destaca la arquitectura medieval de las tres iglesias que la integran, que se edificaron cerca de la antigua Ègara romana. En todo el conjunto se combinan diferentes estilos artísticos. Contienen pinturas murales únicas en la historia del arte medieval.

El conjunto monumental de las iglesias de Sant Pere es el resultado de una serie de transformaciones y construcciones arquitectónicas acaecidas a lo largo del tiempo, desde la época ibérica y hasta la actualidad.

Del conjunto destaca la arquitectura medieval de las tres iglesias que lo integran, que se erigieron cerca del emplazamiento de la antigua Ègara romana (de la cual todavía se conservan restos).

La iglesia de Sant Pere es la más grande, tiene una sola nave con ábside trilobulado y nave de crucero, y la cubierta es de bóveda de medio punto.

La de Sant Miquel tiene una planta cuadrada, donde se inscribe una cruz griega con nichos en los ángulos. Destaca por el cimborio cubierto por una cúpula y sostenido por ocho columnas hechas de fragmentos visigóticos reaprovechados, con cuatro capiteles tardorromanos.

Finalmente, la de Santa Maria (siglo XII) tiene en su interior piezas artísticas relevantes, como las pinturas murales, a caballo entre el románico y el gótico, y tres retablos góticos de gran valor.

También son de carácter excepcional los testimonios conservados de los edificios del obispado visigótico de Ègara (basílicas, baptisterios), las pinturas murales altomedievales y románicas y los retablos góticos.

En todo el conjunto se combinan diferentes estilos artísticos, como el prerrománico, el románico, el gótico y el barroco, en forma de pinturas murales únicas en la historia del arte medieval, como las del ábside de Sant Pere, Sant Miquel y Santa Maria, así como los diferentes retablos.

En 2009 se inaugura la reordenación museográfica del espacio de las tres iglesias. Actualmente forman parte del Museu de Terrassa que gestiona las visitas.