La historia del Bages está estrechamente ligada con la de su capital. El término de Manresa acogía ya pobladores durante el Neolítico, como atestiguan los vestigios hallados en Viladordis. La cultura íbera instaló un poblado en la colina de Puigcarener, donde hoy se levanta la basílica de Santa Maria de la Seu. Aquel asentamiento realizaba las funciones de capital de la tribu de los lacetanos, que habitaban el Bages, el Solsonès, Anoia y la Segarra.
Los romanos conquistaron Manresa en el siglo II a.C. para evitar los ataques lacetanos sobre los núcleos de la costa. El topónimo romano Minorisa, derivado del anterior íbero, es el origen del nombre de Manresa.
Los siglos VIII y IX fueron de luchas entre árabes, godos y francos. En el año 841, Manresa fue destruida por los árabes, y Guifré el Pilós la conquistó definitivamente en ese mismo siglo. Hasta el siglo XII no acabaron los ataques sarracenos sobre la población, que creció en importancia como capital del condado homónimo. En realidad, era sólo una denominación geográfica de la Cataluña central, en frontera permanente con los musulmanes de Lleida. Así, el territorio formó en la Edad Media el denominado condado de Manresa (sector occidental del condado de Osona), dentro de la diócesis de Vic, con importantes señorías eclesiásticas (Montserrat, Sant Benet de Bages, etc.) y civiles (Cardona).
Durante el siglo XIX, la comarca despuntó en varios hechos cruciales para la historia del país. Participó de forma activa en la Guerra del Francés (la batalla del Bruc, en 1808, que dio lugar a la leyenda del Timbaler). La capital se consolidó como centro neurálgico de la industria textil y, a título especialmente simbólico, fue elegida por la Asamblea Catalanista como marco de las denominadas Bases de Manresa, primera piedra del catalanismo político.
Después de la fuerte industrialización textil que vivió la comarca y la posterior decadencia de la década de 1960, alrededor de 1990 se inauguró la autopista de Terrassa y el Eix Transversal, cosa que provocó un crecimiento demográfico en la comarca gracias a una fuerte inmigración. En 2015, el extremo oriental de la comarca se constituyó en la nueva comarca del Moianès.