Val d’Aran

Marcas turísticas

La Val d'Aran es una comarca de cultura occitana en Catalunya. Aislada en el pasado del resto del país, cuenta con una lengua propia, el aranés, un folklore y unas tradiciones particulares; incluso posee un sistema de gobierno autónomo, el Conselh Generau. Estas raíces históricas han sabido combinarse con la promoción de la alta montaña pirenaica que rodea el valle, hasta convertirlo en la capital catalana del esquí. Se trata, de hecho, de un paraje lleno de alternativas de turismo activo en constante disfrute de la naturaleza, con completos equipamientos hoteleros y de restauración.

La Val d'Aran es miembro de la "Biosphere Destinations Community", club de destinos con una garantía del equilibrio económico, sociocultural y medioambiental de sus actividades turísticas.



Esquí, actividades en el río, rutas a pie y en bicicleta.

Disfrutar de la naturaleza de alta montaña y los ejemplos de arquitectura románica.
  • Comarca: Val d'Aran
  • Provincia: Lleida
  • Municipio: Arres, Bausen, Bòrdes, Bossòst, Canejan, Les, Naut Aran, Vielha e Mijaran, Vilamòs
  • Extensión: 634
  • Habitantes: 9815
  • Entidad promotora: Torisme Val d’Aran
  • Web: http://www.visitvaldaran.com

Situación geográfica

La Val d’Aran se encuentra en el extremo noroccidental de Catalunya y es la única comarca catalana situada en la vertiente norte de los Pirineos.

Clima

La orientación de la Val d’Aran, en el vertiente norte de los Pirineos, es decisiva para explicar un clima totalmente diferente al del resto de Catalunya, con una marcada influencia atlántica. Así pues, las partes bajas del valle registran un clima atlántico, húmedo y de temperaturas frías en comparación con el resto del país pero muy similares a las de Europa central. En cuanto a las zonas más elevadas, la climatología es más severa. Las temperaturas medias en verano no llegan a los 20ºC, mientras que en invierno superan por poco los 0ºC. En la alta montaña, se registran temperaturas medias por debajo de cero durante cinco meses cada año.

Las precipitaciones son regulares durante todo el año, a pesar de que los registros medios anuales no superan los 1.200 milímetros. Durante cuatro meses al año, estas precipitaciones pueden caer en forma de nieve en toda la Val d’Aran; y en las zonas de alta montaña puede nevar en cualquier época del año.

Actividades económicas

Las actividades económicas tradicionales en la Val d’Aran han sido durante siglos la ganadería y el aprovechamiento de los recursos del bosque. De hecho, todavía se pueden ver abundantes pastos que alimentan rebaños bovinos y ovinos. Las ferias de Bossòst, Vielha y Salardú, así como la trashumancia que todavía atrae numerosas cabezas de ganado al valle durante el verano, son los testimonios vivientes de esta tradición ganadera.

Sin embargo, a partir del último cuarto del siglo XX, la actividad principal de la Val d’Aran se ha ido transformando, encarándose hacia el sector terciario, sobre todo en actividades turísticas. Primero fue gracias a los deportes de invierno, con la estación de esquí más grande de Catalunya. Últimamente, los deportes de aventura, el senderismo y el turismo rural cogen el relevo durante la mitad del año en la que no hay nieve en las pistas.

Historia

Los referentes históricos más antiguos de la Val d’Aran se remontan a pueblos de origen celta y vasco, aunque los vestigios no son claros hasta la romanización. De hecho, topónimos como Vielha o el propio Aran provienen de palabras latinas.

La historia de la Val d’Aran es la de un territorio en tierra de frontera. Así pues, a lo largo de los siglos ha vivido conquistas y reconquistas, y ha pertenecido alternativamente a condados, coronas y estados del norte (Francia) y del sur (España). La alta edad media llega con Aran incluida en el condado occitano de Comenge, aunque en el siglo XI ya pasó a manos del reino de Aragón por causas matrimoniales.

La cruzada albigense contra los cátaros tuvo episodios en la Val d’Aran del siglo XIII, y el territorio cambió de manos francesas a catalanas una vez y otra en función de las vicisitudes de la política de aquella época. En una de estas, en 1313, el rey Jaime II estableció la Querimonia, las Costumbres y Privilegios de la Val d’Aran, que confirmaban los Usos y Constituciones de sus habitantes, con una autonomía excepcional. Numerosos reyes posteriores confirmaron dichos privilegios.

Este hecho, sin embargo, no evitó que el territorio dependiera durante ciertos períodos de la corona francesa (1430-1512), o que escapase de invasiones como la de los hugonotes (1597) o la de las tropas napoleónicas (1810). A mediados del siglo XIX, la Val d’Aran perdió sus instituciones propias, que no recuperaría hasta la reinstauración de la democracia tras el franquismo, en 1979.

Actualmente, la Val d’Aran dispone de gobierno propio, el Conselh Generau d’Aran, presidido por el Síndic d’Aran. El territorio goza de una serie de competencias propias que lo dotan de cierta autonomía dentro de Catalunya.

Qué ver

El patrimonio de la Val d’Aran destaca en la quincena de iglesia románicas que se pueden encontrar en los diferentes pueblos del valle. Sant Andréu de Salardú, Santa Maria d’Arties, Sant Miquèu de Vielha, Sant Andréu de Casau o Santa Maria de Cap d’Aran son algunas de las más importantes.

También vale la pena recorrer los pueblos de calles empedradas y casas tradicionales de alta montaña, para captar la auténtica esencia de la Val d’Aran. Uno de los núcleos más emblemáticos es el de Bossòst, donde también se puede visitar la magnífica iglesia de la Mair de Diu dera Purificació.

Qué hacer

El clima atlántico de la Val d’Aran garantiza la aportación de nieve a lo largo de toda la temporada de esquí. Baqueira, Beret y Bonaigua constituyen el mayor dominio esquiable del Pirineo y atraen año tras año a miles de esquiadores a la comarca. Los no iniciados, además, disponen de una gran oferta de centros en los que perfeccionar su técnica, entre los cuales se encuentra la histórica Escola de Esquí de la Val d’Aran.

Además del esquí alpino, se pueden practicar distintos deportes de nieve, como el snowboard, muy popular últimamente y practicable en todas sus variantes, o el esquí nórdico, con un circuito de cuarenta kilómetros en el área de Beret.

El particular clima atlántico del valle y su posición, rodeado de altas cimas, ofrecen al observador de la naturaleza una gran riqueza de flora y fauna autóctona: prados alpinos y zonas rocosas, bosques de pino negro, de abetos, de haya y de roble; poblaciones de rebecos, quebrantahuesos, perdices blancas, lechuzas de Tengmalm…

El excursionismo encuentra aquí algunos de sus escenarios más emblemáticos, dos senderos de gran recorrido rodean el valle: el GR 10 al norte y el GR 11 al sur. Además, el GR 211 o circuito de la Val y la red de senderos permiten aproximarse a la realidad de la comarca por viales totalmente señalizados. El visitante de perfil familiar con menos experiencia en travesía de montaña puede optar por los diez itinerarios diseñados para conocer el valle sin ninguna dificultad técnica.

Los amantes del alpinismo tienen a su alcance muchas alternativas para sus rutas de alta montaña, como las ascensiones a los picos del Montarto y el Molières o la zona de lagos de Colomers.

Las opciones de ocio y deporte de la comarca están pensadas para todo tipo de visitantes:

Bicicleta de montaña: las 25 rutas por la Val d’Aran suman 444 kilómetros a través de caminos, senderos y pistas forestales. Están bien señalizadas y presentan distintos grados de dificultad.

Aventura en el río: dos tramos del río Garona (entre Les Bordes y Bossòst, por una parte, y entre Les y Eth Pònt de Rei, por otra) se prestan a la práctica de los deportes de aventura. Especialmente durante las estaciones de primavera y verano, se puede practicar rafting, piragüismo de aguas bravas y de aguas tranquilas o hidrospeed. El barranco de Bausén es el escenario de otra disciplina de aventura, el descenso de barrancos.

Escalada: modalidad tradicional de escalada en Colomers y en invierno en hielo en Conangles; la más reciente escalada deportiva se puede practicar en el Pui de Unha y en la Roca Camún.

Pesca: tanto en río como en lagos de alta montaña o en embalses, la pesca siempre es regulada para velar por la reproducción de las especies. Las zonas de pesca están delimitadas, así como la extensión de las temporadas y el tamaño de las capturas.

Alrededores

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