El poblado ibérico del Castellet de Banyoles, uno de los más grandes de Catalunya (4,4 hectáreas), está situado a unos seis kilómetros del pueblo, en un cerro triangular elevado sobre el río Ebro. Limitado por riscos y barrancos, sólo es accesible por un pequeño paso, donde se elevan dos impresionantes torres pentagonales de herencia helenística únicas en nuestro país.
El yacimiento está formado por muchas viviendas de diferentes niveles sociales, dispuestas alrededor de un gran espacio central. Desde que se descubrió en 1912, se han llevado a cabo varias fases de excavación, que todavía hoy están en marcha y continúan poniendo al descubierto los vestigios de una gran ciudad de la tribu de los ilercavones.
Por otro lado, el núcleo histórico de Tivissa mantiene la atmósfera medieval, con calles estrechas y sinuosas donde todavía se reconoce la muralla del siglo XIV, con los portales de Avall y de la Era.
Los puntos de más interés de la ruta histórica por Tivissa son los restos del castillo de origen sarraceno, y las casas solariegas con escudos y balconadas en las fachadas, como Ca Eloi (siglo XV), Cal Rei, Ca l’Hostal (siglo XVI), Ca la Capellana (siglo XVIII) o Ca Ventura (siglo XV).
También hay que ver la iglesia de Sant Jaume, que consta de tres partes: la iglesia Vieja, la capilla del Roser y la iglesia Nueva (siglos XIII-XIX). Por otro lado, la plaza de la Baranova es un magnífico mirador de las comarcas de la Ribera d’Ebre, la Terra Alta y el Priorat.
El patrimonio prehistórico de Tivissa es de una gran riqueza. Para empezar, las pinturas rupestres de estilo levantino encontradas en las cuevas del Cingle, del Pi, del Ramat y del Taller fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.
Estas cuevas están cerradas al público para conservar los yacimientos, pero una ruta de senderismo une sus entornos naturales y ofrece una reproducción de las pinturas de cada cueva en un plafón en el exterior.
El legado prehistórico de Tivissa también se puede descubrir en el Centro de Interpretación de los Íberos (abierto sólo en verano), situado en la Casa de Cultura y dedicado primordialmente a la huella íbera en el municipio. El centro tiene como uno de los principales reclamos la reproducción del tesoro de Tivissa encontrado en el poblado del Castellet de Banyoles.
Finalmente, los agregados del municipio (Darmós, Llaberia y la Serra d’Almos) incluyen otras zonas de interés. El pequeño y elevado Llaberia, el más pintoresco, cuenta con la iglesia románica de Sant Joan Baptista (siglos XII-XIII) y el peculiar y único Museu del Bast, una evocación de la figura del trajinante, que expone objetos y herramientas y recrea los ambientes de las casas solariegas catalanas.