Terres de Lleida

Marcas turísticas
Las Terres de Lleida son un territorio muy vinculado a la tradición agraria que atesora una valiosa riqueza monumental. Puede descubrirse recorriendo alguno de los numerosos itinerarios y rutas que lo atraviesan.

Seu Vella de Lleida, Ruta dels Castells, Serra del Montsec.

La orografía de las Planes de Lleida es ideal para rutas a pie o en bicicleta.
  • Comarca: Garrigues, Noguera, Pla d'Urgell, Segarra, Segrià, Urgell
  • Provincia: Lleida
  • Municipio: Àger, Agramunt, Aitona, Alamús, Albagés, Albatàrrec, Albesa, Albi, Alcanó, Alcarràs, Alcoletge, Alfarràs, Alfés, Algerri, Alguaire, Almacelles, Almatret, Almenar, Alòs de Balaguer, Alpicat, Anglesola, Arbeca, Artesa de Segre, Aspa, Avellanes i Santa Linya, Balaguer, Barbens, Baronia de Rialb, Belianes, Bellaguarda, Bellcaire d'Urgell, Bell-lloc d'Urgell, Bellmunt d'Urgell, Bellpuig, Bellvís, Benavent de Segrià, Biosca, Borges Blanques, les, Bovera, Cabanabona, Camarasa, Castelldans, Castellnou de Seana, Castelló de Farfanya, Castellserà, Cervera, Cervià de les Garrigues, Ciutadilla, Cogul, el, Corbins, Cubells, Espluga Calba, Estaràs, Floresta, Fondarella, Foradada, Fuliola, Fulleda, Gimenells i el Pla de la Font, Golmés, Granadella, la, Granja d'Escarp, Granyanella, Granyena de les Garrigues, Granyena de Segarra, Guimerà, Guissona, Ivars de Noguera, Ivars d'Urgell, Ivorra, Juncosa, Juneda, Linyola, Llardecans, Lleida, Maials, Maldà, Massalcoreig, Massoteres, Menàrguens, Miralcamp, Mollerussa, Montgai, Montoliu de Lleida, Montoliu de Segarra, Montornès de Segarra, Nalec, Oliola, Oluges, les, Omellons, Omells de na Gaia, Os de Balaguer, Ossó de Sió, Palau d'Anglesola, Penelles, Plans de Sió, Poal, Pobla de Cérvoles, la, Ponts, Portella, Preixana, Preixens, Puiggròs, Puigverd d'Agramunt, Puigverd de Lleida, Ribera d'Ondara, Rosselló, Sanaüja, Sant Guim de Freixenet, Sant Guim de la Plana, Sant Martí de Riucorb, Sant Ramon, Sarroca de Lleida, Sentiu de Sió, Seròs, Sidamon, Soleràs, Soses, Sudanell, Sunyer, Talavera, Tàrrega, Tarrés, Tarroja de Segarra, Térmens, Tiurana, Torà, Torms, Tornabous, Torrebesses, Torrefarrera, Torrefeta i Florejacs, Torregrossa, Torrelameu, Torres de Segre, Torre-serona, Vallbona de les Monges, Vallfogona de Balaguer, Verdú, Vilagrassa, Vilanova de Bellpuig, Vilanova de la Barca, Vilanova de l'Aguda, Vilanova de Meià, Vilanova de Segrià, Vila-sana, Vilosell, Vinaixa
  • Extensión: 5586
  • Habitantes: 356960
  • Entidad promotora: Patronat de Turisme de la Diputació de Lleida
  • Web: http://www.lleidatur.com

Situación geográfica

Las Terres de Lleida abrigan la región meridional no pirenaica de esta provincia, que incluye las comarcas del Segrià, Noguera, Urgell, Pla d’Urgell, Segarra y Garrigues.

Clima

Las Terres de Lleida se incluyen en la llanura del Ebro medio, una de las zonas más áridas de Europa y, por tanto, presentan un clima mediterráneo continental acusadamente seco. Las características fundamentales hablan de unas temperaturas muy contrastadas, tanto entre el día y la noche como entre el verano y el invierno. De hecho, se viven veranos largos y muy calurosos, con temperaturas medias de más de 20ºC durante cuatro o cinco meses, y máximas de 35ºC; y también inviernos largos y rigurosos, con cuatro o cinco meses con temperaturas medias por debajo de los 10ºC y mínimas ampliamente inferiores a los 0ºC.

Las precipitaciones son muy escasas, de entre 350 y 500 milímetros anuales, irregularmente distribuidas a lo largo del año, sobre todo en otoño y primavera. Además, la llanura experimenta un fenómeno muy característico con persistentes nieblas invernales e intensas escarchas que cubren los campos de hielo.

Sólo las montañas prepirenaicas del norte de la Noguera y la Serra de la Llena al sur de Les Garrigues varían ligeramente este patrón, con lluvias sensiblemente más abundantes, un frío más vivo en invierno y temperaturas más suaves en verano.

Actividades económicas

La agricultura es, sin duda, la actividad principal de las Terres de Lleida y la base de su economía. Los cereales —tanto de secano como de regadío— y la fruta dulce ocupan la mayor parte de los campos del centro y el norte de la región, mientras que los olivos y los almendros son mayoritarios hacia el sur. Los forrajes y la viña cobran cierta importancia en zonas concretas del Segrià.

Además de la agricultura, muchos campesinos han conseguido consolidar sus explotaciones gracias a la práctica de la ganadería, en especial con granjas de ganado porcino y en menor medida avícola.

Esta realidad permite adivinar que la escasa implantación industrial está bastante enfocada a la actividad agropecuaria y radicada en capitales. Las ciudades de Lleida, Mollerussa o Cervera concentran industrias dedicadas a la fabricación de piensos, la transformación de la fruta, el matadero o los productos lácteos. Lleida es el único centro industrial mínimamente diversificado, con una importancia creciente del sector metalúrgico.

Además, Lleida es también un centro comercial y de servicios de primer orden, para una amplia extensión de comarcas tanto de Catalunya como de Aragón.

Por lo que se refiere al resto de actividades económicas, cabe destacar la producción de energía, que es especialmente importante en la comarca de la Noguera, que provee una gran potencia generada en las numerosas centrales hidroeléctricas de las cuencas del Noguera Ribagorzana, el Noguera Pallaresa y el Segre.

Historia

Los vestigios de los primeros pobladores de las Terres de Lleida se remontan al neolítico y tienen un testimonio especial con las pinturas rupestres de la cueva de El Cogul, declaradas patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los yacimientos de las Edades del Bronce y del Hierro son abundantes y dan paso a la época ibérica, cuando la región estuvo habitada por la tribu ilergete, con la única excepción del extremo oriental (Segarra), patria de los lacetanos.

Los ilergetes fundaron importantes poblados como el de Els Vilars (Arbeca), el de Espígol (Tornabous) u otros en Artesa de Segre y Balaguer, aunque su centro estaba situado en Lleida. Allí residían los cabecillas Indíbil y Mandonio, que jugaron un papel relevante durante la Segunda guerra Púnica (siglo III a.C.), con alianzas alternativas con cartagineses y romanos. La posterior dominación romana se vertebró, sobre todo, a partir de villas dedicadas a la producción agrícola, además de algunas poblaciones importantes como Àger y sobre todo Iesso (Guissona) e Ilerda (Lleida). Esta última ciudad dominaba una amplia región.

Los musulmanes tuvieron una presencia larga y profunda en las Terres de Lleida, donde introdujeron importantes tecnologías de aprovechamiento del agua, mejorías en los cultivos y una extensiva fortificación del campo. En este sentido, se dice que la Segarra y el Urgell son las comarcas con más castillos de toda Catalunya. Balaguer y Lleida se posicionaron como las ciudades más importantes durante los cuatro siglos que duró el dominio árabe. La poderosa taifa de Lleida fue un sólido baluarte contra los cristianos, que iniciaron la reconquista de este territorio desde el norte, gracias a las tropas del caballero Arnau Mir de Tost (siglo XI), que se convertiría en vizconde de Àger gracias a sus gestas. Buena parte de las Terres de Lleida quedaron deshabitadas en una especie de tierra de nadie.

El siglo XII fue el de la conquista cristiana, alcanzada por las tropas de los condes Ermengol VI de Urgell y Ramon Berenguer IV de Barcelona. Ambas casas se repartieron las tierras conquistadas e infeudaron buena parte de ellas a otros caballeros y estamentos religiosos. Entre los siglos XIII y XV, las posesiones de los condes de Urgell fueron pasando a la casa de Barcelona, unificando todo el territorio finalmente bajo la dinastía de los Trastámara.

Por el camino, Lleida ganó reconocimientos y privilegios de los reyes Jaime I, que creó la Paeria como órgano de gobierno local, y Pedro III. A pesar de las epidemias y las malas cosechas, el crecimiento de Lleida y su comarca fue sostenido durante el siglo XV, al menos hasta el estallido de la guerra Civil entre Juan II y la Generalitat (1460-72). Lleida vivió en primer plano el episodio previo del encarcelamiento del príncipe de Viana por parte del rey y la revuelta fue sonada. Juan II entró a Catalunya por las Terres de Lleida y estableció su cuartel general en Balaguer para hacer frente a las tropas de la Generalitat, acuarteladas en Cervera. Aquellas primeras batallas arrasaron amplias zonas de esta región.

El siglo XVI fue difícil. A pesar de que algunas zonas como la Segarra crecían gracias al cultivo del trigo, otras como la montañosa Noguera sufría con fuerza el ataque del bandolerismo, con destacados personajes como Joan Fortià lo Luterà o el Minyó de Montellà. También las pugnas entre nyerros y cadells afectaron con fuerza aquella comarca.

El siguiente hito importante en la historia de las Terres de Lleida fue la guerra dels Segadors (1640-52), que significó una gran destrucción. Todas las comarcas sufrieron ese conflicto, con episodios especialmente crudos en las ciudades de Balaguer y Lleida. Unos conflictos que se repetirían años más tarde con la guerra de Sucesión, en la que se produjo el peor asedio de la historia de Lleida (tres meses de 1707), que significó la ejecución de los 7.000 refugiados del convento del Roser venidos de los pueblos vecinos. La importante batalla de Almenar y la ocupación de Balaguer fueron otros capítulos de aquel conflicto que arrasó las Terres de Lleida.

Acabada aquella guerra, llegó un período de tranquilidad y progreso, con una gran demanda de vino y aceite. Las transformaciones agrarias fueron generales, con la introducción del regadío; y las mejorías llegaron a todos los aspectos de la vida, como por ejemplo las comunicaciones, con la construcción de la carretera Barcelona-Lleida-Madrid.

La guerra del Francés acabó con aquello e inauguró un siglo XIX convulso, en que las guerras carlinas también golpearon duramente a la población. En la parte positiva, la construcción del Canal d’Urgell, que trajo el regadío a los llanos más áridos y contribuyó al surgimiento de la población de Mollerussa, a partir del primer tercio del siglo XX.

La Guerra Civil de 1936-39 provocó un fuerte bache a las expectativas de crecimiento de las Terres de Lleida. La recuperación, de la mano de la industrialización no llegó hasta la década de 1960. El crecimiento económico ha sido lento pero sostenido en la tradición agraria de la comarca y, hoy en día, Lleida y sus alrededores es un importante centro industrial y comercial agropecuario.

Qué ver

La capital del Segrià es Lleida, ciudad más importante de la región y población monumental. Destacan obras arquitectónicas tan relevantes como la Seu Vella y el Palau de la Paeria (muestra del mejor románico civil catalán), las iglesias de Sant Llorenç y de Sant Joan o la Catedral Nova. Otros puntos de interés son el castillo templario de Gardeny o el Espai Natural dels Tossals d'Almatret, cerca del embalse de Riba-roja.

La comarca de Les Garrigues destaca por las pinturas rupestres del Cogul y el Museu Arqueològic de Les Borges Blanques, además de los museos etnológicos de Juneda y Castelldans.

La huella de la historia marca la comarca de la Segarra, con los restos prehistóricos de Sant Guim de Freixenet, la antigua ciudad romana de Iesso en Guissona, el románico de la capital, Cervera, o de Vallferosa, la judería de Torà, etc. Cabe destacar el Espai d'Interès Natural Vall del riu Llobregós.

El arte románico extiende su huella más allá de los Pirineos de Lleida. La Ruta del Románico permite acercarse a obras como la colegiata de Sant Pere d'Àger (Noguera); la iglesia de Sant Esteve de Palagalls (Segarra); la Seu Vella, la iglesia de Sant Martí y el Palau de la Paeria (Segrià); el monasterio de Vallbona de les Monges y Santa Maria d'Agramunt (Urgell), o la iglesia de Vinaixa (Garrigues).

La Ruta dels Castells recorre las que fueran fortalezas cristianas de frontera, que antes de la conquista de la Catalunya Nova limitaban con territorio musulmán. Incluye un castillo pirenaico, el de Mur en el Pallars Jussà, y los de Verdú, Arbeca, Montsonís, Montclar, Florejacs, Les Pallargues, Vicfred, Concabella y Formós, entre otros lugares de valor monumental. Las últimas seis fortalezas forman una ruta propia, la de los Castillos del Sió.

No faltan en las Terres de Lleida obras de los arquitectos modernistas de principios del siglo XX. Entre las edificaciones agrarias destacan el molino de harina del Sindicat Agrícola de Cervera, la Cooperativa de Verdú o el Sindicat Agrícola de Ivars. Las construcciones urbanas más relevantes son el Teatre Municipal de l'Escorxador y las casas Magí Llorens, Fregola o Melcior de Lleida; la casa Càrcer-Sobies de Tàrrega, o el Xalet Montivo de Balaguer.

Qué hacer

El Pla d'Urgell, tierra agrícola de regadío, es paraje ideal para el excursionismo. Las rutas del Canal d'Urgell y el lago de Ivars y Vila-sana son puntos de interés de esta comarca con capital en Mollerussa. También se pueden hacer excursiones a través de alguna de las rutas por el Canal d'Urgell son quince itinerarios diferentes que tienen en común la obra de ingeniería que ha determinado más el aspecto y la personalidad de las Terres de Lleida. Recorren espacios naturales y monumentales de las comarcas del Segrià, Noguera, Urgell, Pla d'Urgell y Garrigues.

Con capital en Balaguer, la comarca de la Noguera presenta dos perfiles: más montañoso al norte, marcado por la sierra del Montsec, y llano al sur. Se practica el excursionismo, la escalada, la espeleología y, en la Vall d'Àger y el Montsec, el parapente y el ala delta. En la sierra del Montsec se conservan restos fósiles y huellas de dinosaurios, como las de Fontllonga y Corçà.

La Fira de Teatre al Carrer de Tàrrega y el monasterio cisterciense de Vallbona de les Monges, integrado en la Ruta de los Reales Monasterios de Catalunya, son los atractivos de mayor renombre de la comarca del Urgell.

La gastronomía tiene un papel fundamental en esta zona. La fruta dulce, los caracoles, la coca de recapte o los vinos con Denominación de Origen Costers del Segre son productos que se han de tener muy en cuenta y no dejar de probarlos. Mención especial merecen el turrón de Agramunt i el chocolate a la piedra, propios de este municipio. Les Garrigues se han convertido en sinónimo de aceite de oliva. De los olivos que cubren sus campos de cultivo se extrae un aceite de calidad extraordinaria con denominación de origen.

Alrededores

Pirineus, Catalunya Central, Costa Daurada, Terres de l’Ebre.
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