El tren de alta velocidad comunica las Ciudades AVE entre ellas y con las principales capitales europeas en tiempo récord.
Tiene la singularidad de presidir, asimismo, una comarca que cuenta con dos parques naturales (el de los Aiguamolls de l'Empordà y el del Cap de Creus) y un paraje natural de interés (el de L'Albera), lo que la hace atractiva también para los amantes tanto de la naturaleza como de los deportes relacionados con ella, de tierra (senderismo, bicicleta de montaña), mar (submarinismo, kayaks, etc.) y aire (globos aerostáticos, parapente, paracaidismo, etc.).
Figueres tiene varios edificios de interés, como la iglesia de Sant Pere, el Casino o la torre Galatea del Museo Dalí. Además del pintor surrealista, la ciudad ha visto nacer a numerosas personalidades, como el ingeniero e inventor Narcís Monturiol, artífice del primer submarino (el Ictíneo, 1909).
En Figueres nació también la sardana, danza popular catalana.
La ciudad conserva un barrio antiguo medieval que sube hasta la imponente catedral, a través de las sombrías callejuelas del barrio Viejo, mientras al otro lado del río se extiende la parte más moderna y ordenada. Sobre la orilla del Onyar se muestra la imagen más famosa de Girona, formada por las vistosas casas coloristas.
La catedral gótica de Santa Maria (siglos XI-XVIII) es el elemento arquitectónico más relevante de Girona, pero ni mucho menos el único. La arquitectura religiosa cuenta con otros numerosos ejemplos, como el monasterio de Sant Pere de Galligants (siglo XIII), los conventos de Sant Domènec (siglo XIII) y de Sant Josep (siglos XVI-XVII) o las iglesias de Sant Feliu (siglos XII-XVI), Sant Nicolau (siglo XII) o Sant Daniel (siglo XI), entre otros edificios.
Existen también varias muestras de arquitectura civil de varias épocas, como los baños árabes (siglos XII-XIII), la casa Agullana (siglos XIV-XVII), el antiguo palacio de Caramany (siglos XVI-XVIII) o la modernista casa Teixidor (1918).
Pero el atractivo de Girona no se limita sólo a la historia o arquitectura. El Parque de la Devesa es uno de los espacios verdes urbanos más agradables de Catalunya. Los numerosos museos de la ciudad completan una oferta cultural muy amplia.
Como corresponde a una ciudad de profundas raíces históricas, Lleida dispone de muchos edificios interesantes. La colina de la Seu Vella (siglo XIII) o los restos de la antigua Suda musulmana (castillo del Rey), le permiten obtener las mejores vistas de la ciudad.
En el núcleo antiguo no hay que perderse el palacio de la Paería, la Seu Nova o el antiguo hospital de Santa María, además de la extensa oferta museística encabezada por el Museo de Lleida Diocesano y Comarcal, el Museo de Arte Jaume Morera, el Museo del Agua, el Centro de Arte la Panera y el Conjunto Monumental de Gardeny.
Los principales atractivos arquitectónicos de la ciudad, declarados Patrimonio de la Humanidad, son romanos: las murallas, el anfiteatro, el teatro, el circo, la torre del Pretorio, la necrópolis paleocristiana y los foros local y provincial, todos en el centro histórico. Además, a las afueras, se pueden ver la pedrera del Mèdol, el acueducto del puente del Diablo y el mausoleo de los Escipiones.
Por otra parte, no hay que desaprovechar la oportunidad de visitar la catedral de Santa María y las casas Canals y Castellarnau.
Entre los diecinueve kilómetros de costa del término municipal, destacan playas como la Llarga, la Rabassada o la Arboçar, así como los espacios naturales de la desembocadura del Gaià y de Tamarit-Punta de la Mora, emplazamiento del castillo de Tamarit y la torre de la Mora.
Ciudad abocada decididamente a la cultura, Reus es también la población que ha visto nacer a personalidades del mundo de las letras, como el poeta Gabriel Ferrater o el director teatral Lluís Pasqual.
Quien la visite no podrá obviar algunas instituciones insignia, como los teatros Bartrina y Fortuny, ni olvidar el aroma de pólvora que desprende la "tronada", acto central de la concurrida fiesta mayor, que tiene lugar en la bellísima plaza del Mercadal.
La ciudad conserva un barrio antiguo medieval que sube hasta la imponente catedral, a través de las sombrías callejuelas del barrio Viejo, mientras al otro lado del río se extiende la parte más moderna y ordenada. Sobre la orilla del Onyar se muestra la imagen más famosa de Girona, formada por las vistosas casas coloristas.
La catedral gótica de Santa Maria (siglos XI-XVIII) es el elemento arquitectónico más relevante de Girona, pero ni mucho menos el único. La arquitectura religiosa cuenta con otros numerosos ejemplos, como el monasterio de Sant Pere de Galligants (siglo XIII), los conventos de Sant Domènec (siglo XIII) y de Sant Josep (siglos XVI-XVII) o las iglesias de Sant Feliu (siglos XII-XVI), Sant Nicolau (siglo XII) o Sant Daniel (siglo XI), entre otros edificios.
Existen también varias muestras de arquitectura civil de varias épocas, como los baños árabes (siglos XII-XIII), la casa Agullana (siglos XIV-XVII), el antiguo palacio de Caramany (siglos XVI-XVIII) o la modernista casa Teixidor (1918).
Pero el atractivo de Girona no se limita sólo a la historia o arquitectura. El Parque de la Devesa es uno de los espacios verdes urbanos más agradables de Catalunya. Los numerosos museos de la ciudad completan una oferta cultural muy amplia.
Como corresponde a una ciudad de profundas raíces históricas, Lleida dispone de muchos edificios interesantes. La colina de la Seu Vella (siglo XIII) o los restos de la antigua Suda musulmana (castillo del Rey), le permiten obtener las mejores vistas de la ciudad.
En el núcleo antiguo no hay que perderse el palacio de la Paería, la Seu Nova o el antiguo hospital de Santa María, además de la extensa oferta museística encabezada por el Museo de Lleida Diocesano y Comarcal, el Museo de Arte Jaume Morera, el Museo del Agua, el Centro de Arte la Panera y el Conjunto Monumental de Gardeny.
Los principales atractivos arquitectónicos de la ciudad, declarados Patrimonio de la Humanidad, son romanos: las murallas, el anfiteatro, el teatro, el circo, la torre del Pretorio, la necrópolis paleocristiana y los foros local y provincial, todos en el centro histórico. Además, a las afueras, se pueden ver la pedrera del Mèdol, el acueducto del puente del Diablo y el mausoleo de los Escipiones.
Por otra parte, no hay que desaprovechar la oportunidad de visitar la catedral de Santa María y las casas Canals y Castellarnau.
Entre los diecinueve kilómetros de costa del término municipal, destacan playas como la Llarga, la Rabassada o la Arboçar, así como los espacios naturales de la desembocadura del Gaià y de Tamarit-Punta de la Mora, emplazamiento del castillo de Tamarit y la torre de la Mora.
Tiene la singularidad de presidir, asimismo, una comarca que cuenta con dos parques naturales (el de los Aiguamolls de l'Empordà y el del Cap de Creus) y un paraje natural de interés (el de L'Albera), lo que la hace atractiva también para los amantes tanto de la naturaleza como de los deportes relacionados con ella, de tierra (senderismo, bicicleta de montaña), mar (submarinismo, kayaks, etc.) y aire (globos aerostáticos, parapente, paracaidismo, etc.).
Figueres tiene varios edificios de interés, como la iglesia de Sant Pere, el Casino o la torre Galatea del Museo Dalí. Además del pintor surrealista, la ciudad ha visto nacer a numerosas personalidades, como el ingeniero e inventor Narcís Monturiol, artífice del primer submarino (el Ictíneo, 1909).
En Figueres nació también la sardana, danza popular catalana.