Aquí encontrarás algunos lugares muy especiales para escaparte y evadirte de la rutina diaria.
Las aguas termales constituyen la principal riqueza de Caldes de Malavella, tal y como indica el escudo del municipio, donde una chica se baña en una tina con una caldera de plata a cada lado.
La presencia de actividad geotérmica en el subsuelo ha dado lugar a aguas bicarbonatadas, sódicas y cloradas que brotan a sesenta grados, y ha permitido la construcción de termas, un espacio para el descanso y el bienestar personal. Los romanos, que ya supieron apreciar su valor, llamaron a la villa Aquae Caldae y construyeron un gran balneario sobre Sant Grau. Hoy en día hay varios centros termales que explotan las aguas.
En el término también podremos disfrutar de un valioso patrimonio medieval, con espacios como el poblado de Caulers o el castillo de Malavella.
El principal atractivo de la población son las playas de fina arena, como las del Francàs, Coma-ruga o Sant Salvador.
La capital del Baix Penedès es la ciudad natal del gran violonchelista de renombre internacional Pau Casals, cuyas huellas se pueden seguir en su casa-museo, en su casa nativa y en la iglesia parroquial del Salvador Transfigurado, donde empezó a tocar.
Otro hijo ilustre de la localidad es Àngel Guimerà, de quien también existe una casa-museo. Asimismo, el Vendrell dispone del Museo Deu, la Fundación Apel·les Fenosa y el Museo Arqueológico.
Este municipio es un importante nudo de comunicaciones (cruce de autopistas, carreteras y líneas ferroviarias en el agregado de Sant Vicenç de Calders), característica que le viene de lejos, ya que la Vía Augusta ya pasaba por el término.
El tramo del Ebro entre Xerta y Miravet ofrece, al pasar por Benifallet, uno de los paisajes más encantadores del río. Y es que la naturaleza distingue este municipio rodeado de naranjos con espacios de gran belleza.
El camino de las cuevas (un espacio que mezcla el agua y la piedra con formaciones únicas), la sierra de Cardó (la montaña invisible, medio escondida entre otras sierras, con un ecosistema muy virgen) y la vía verde (un paraje salvaje de gran encanto) son sólo una parte de las sorpresas que nos ofrece el municipio.
Entre sus cuevas secretas y montañas de granito se escondía el famoso bandolero Serrallonga, a quien la villa dedica anualmente la fiesta ¡Vuelve Serrallonga!, que cada septiembre, viste el término de barroco y bandolerismo. También es importante el Vía Crucis Viviente, una tradición de más de trescientos años de historia que ha sido declarada de Interés Turístico Nacional.
La capital de la Selva se encuentra situada en una zona verde llena de espesos bosques, entre el Montseny y las Guilleries. Las aguas del municipio tienen una gran riqueza medicinal, hecho que ha propiciado la construcción de varios balnearios termales.
Santa Coloma de Farners ofrece este patrimonio a través de un itinerario que incluye el balneario y sus fuentes, y que, junto con la ruta de las diez ermitas, constituye una de las bases de su atractivo turístico.
La ciudad es conocida también por ser la cuna de Salvador Espriu, uno de los más célebres poetas catalanes contemporáneos.