Pablo Ruiz Picasso. Tras el artista de las mil caras

Barcelona y las poblaciones de Horta de Sant Joan y Gósol dejaron una huella imborrable en la obra de juventud del gran Pablo Ruiz Picasso.

A los 14 años, el malagueño Pablo Ruiz Picasso llegó a Barcelona. Estudió Bellas Artes en la Llotja, punto inicial de la ruta por la Barcelona del pintor. Pronto empezó a relacionarse con artistas e intelectuales que se reunían en el café modernista Els Quatre Gats, hoy todavía abierto. Fue allí donde, en 1900, expuso por primera vez.

Cerca de allí, en la plaza Nova, se puede admirar la única obra de Picasso al aire libre, los tres frisos de la fachada del Colegio de Arquitectos. Adentrándose en el corazón del pintoresco barrio de la Ribera se llega a las puertas del Museu Picasso, uno de los más visitados de la ciudad, situado en la palaciega calle Montcada. El pintor también estableció lazos muy estrechos con otras dos poblaciones catalanas: Horta de Sant Joan (Terres de l'Ebre) y Gósol (Pirineus). En Horta de Sant Joan, a 200 km de Barcelona, fue donde nació su pintura cubista.

La población ofrece al visitante un paseo por las localizaciones que fascinaron al artista. La ruta también descubre los lugares que frecuentaron años después Picasso y Fernande Olivier, su pareja de entonces y musa de sus primeros cuadros cubistas. Olivier también lo acompañó a Gósol, a 149 km de Barcelona.

Fue allí donde su paleta pasó del azul al rosa, iniciando una nueva etapa pictórica que acabó de desarrollar en París.

Un museo único en un entorno medieval
El Museu Picasso de Barcelona, inaugurado en 1963, acoge la colección más importante del periodo de juventud de Picasso, con 4.249 obras. El espacio, que ocupa varios palacios medievales de la calle Montcada, exhibe obras tan importantes como Arlequí (1917), la serie Las meninas (1957) o L'espera (1901).