Garrotxa

Guía de comarcas
Situada al sur de los Pirineos, la comarca de la Garrotxa reúne en su territorio una riqueza natural y paisajística impresionante, y un patrimonio cultural extraordinario. El norte de la comarca, conocido como la Alta Garrotxa, es montañoso y se caracteriza por sus rocas sesgadas y sus profundos valles. De este paisaje abrupto proviene el topónimo de la comarca, pues 'garrotxa' significa tierra abrupta, por la que es difícil caminar. La Baixa Garrotxa, al sur, es, en cambio, un continuo de suaves prados salpicados por bellas masías que rezuman tradición por todas las esquinas. La mayoría de las poblaciones se encuentran en esta parte, entre ellas la capital, Olot.

El legado histórico de la comarca está presente en las numerosas ermitas e iglesias románicas y en sus bellos y bien conservados pueblos medievales.

· Adentrarse en la Fageda d'en Jordà, un bosque de hayas que parece sacado de un cuento de hadas.
· Caminar hasta el Volcán de Santa Margarida.
· Recorrer el centro histórico de Besalú.
· Visitar Santa Pau.
· Maravillarse con las casas colgantes de Castellfollit de la Roca.

· Una visita a la Garrotxa no puede dejar de lado su estupenda gastronomía. Aunque el producto más conocido de la comarca es, sin duda, su exquisito embutido, la Garrotxa ofrece otras muchas delicias culinarias como las patatas rellenas de carne de Olot o las judías de Santa Pau. A estas tierras se les atribuye el origen de platos tan típicos en Catalunya como la 'escudella i carn d'olla' o la 'botifarra con alubias'. Entre su variada repostería hay que destacar las galletas de Castellfollit de la Roca y los biscuits de Olot.
· Contratar un paseo en burro por los senderos de la comarca en alguna de las muchas empresas de actividades al aire libre.
· Subirse a un globo aerostático para contemplar los conos volcánicos en todo su esplendor.
· Hacer una visita guiada a la Cooperativa La Fageda, una empresa sin ánimo de lucro creada para dar trabajo a personas con discapacidad psíquica, que es un excelente ejemplo de ética empresarial.
  • Provincia: Girona
  • Extensión: 736
  • Habitantes: 55855

Situación geográfica

El río Fluvià es el eje vertebrador de la geografía de la comarca. Al norte, la Alta Garrotxa presenta un paisaje de relieve accidentado, típico del Pirineo. Al sur, la Baja Garrotxa se caracteriza por sus prados y parajes más llanos y suaves, entre los que destaca la zona volcánica de Olot, declarada como parque natural. Limita con las comarcas del Alt Empordà por el nordeste, el Pla de l'Estany al este, el Gironès y la Selva, al sur, Osona, al oeste y el Ripollès al noroeste.

Clima

La comarca goza de un clima mediterráneo de montaña con inviernos fríos y veranos frescos. La temperatura media en invierno es de 6 grados y la de verano de 20 grados. Llueve abundantemente a lo largo de todo el año, siendo el invierno la estación más seca. Hiela frecuentemente entre octubre y abril.

Actividades económicas

La agricultura ha ido disminuyendo en los últimos años y los campos de cultivo han sido reconvertidos en pastos para la ganadería o en superficie forestal. La ganadería, uno de los sectores más importantes de la comarca, se ha modernizado mucho y ha colaborado en la expansión y el desarrollo del sector industrial de la alimentación.

Historia

Besalú fue uno de los más importantes condados catalanes durante la Edad Media. Su periodo de máximo esplendor duró desde el siglo X hasta el XII, y fueron doce los condes que lo gobernaron, desde Guifré el Pilós, en el año 902, hasta Bernat III, en 1111. El más famoso de ellos fue Bernat I, popularmente conocido como 'Tallaferro', que gobernó en la segunda década del siglo XI y fue una figura clave en el desarrollo de la capital del condado, la villa de Besalú. El condado ocupaba la actual comarca de la Garrotxa y en su capital quedan numerosas edificaciones, tanto civiles como religiosas, a través de las cuales se puede rememorar su pasado. En 1966 fue declarada Conjunto Histórico-Artístico Nacional.

La historia de la comarca se aprecia también en el ámbito rural, en el que predominan los pequeños núcleos urbanos y las tradicionales masías perfectamente armonizadas en el paisaje.

Qué ver

Durante la Edad Media, Besalú fue un ejemplo de convivencia entre distintos pueblos como el cristiano y el judío. El barrio judío de la ciudad está muy bien conservado. Se puede visitar la sinagoga, el Miqvé y el Portal de los Judíos. La sinagoga se construyó el 4 de octubre de 1264, cuando Jaume I el Conquistador dio permiso a la comunidad judía de la ciudad para edificar un templo en el que reunirse y rezar. Bajo la sinagoga se encontró el Miqvé, una cámara única en su género en Europa, destinada a facilitar los baños purificadores que la religión hebrea obliga a tomar en ciertas ocasiones de la vida como tras dar a luz, antes del 'sabbat' o durante el Yom Kipur. También se conserva muy bien el Portal de los Judíos, que era la vía de salida del barrio judío.

El monasterio benedictino de Sant Pere, también en Besalú, era un importante centro de peregrinaje durante la Edad Media. Fue fundado en el año 977 por el conde-obispo Miró y en él se conservan las reliquias de San Primo y San Feliciano.

Como todo centro importante de peregrinaje, Besalú contaba con todas las infraestructuras precisas para hacerse cargo de las necesidades de los peregrinos. El hospital de Sant Julià se construyó con este fin en el siglo XII y formaba parte del monasterio de Sant Pere. Aunque el interior ha sido reconstruido, conserva la fachada románica original, en la que destaca un portal profusamente decorado.

Otro importante edificio es el de la Curia real, un palacio presidido por una sala gótica con bellos arcos ojivales en la que se conservan fragmentos de la muralla recuperados en las diversas excavaciones que se han llevado a cabo en la ciudad. Pero, sin duda, la imagen más característica de Besalú es la de su puente. Se trata de un puente fortificado de 105 metros de longitud y formado por siete arcos, que se construyó entre los siglos XI y XII, aunque ha sufrido diversas reformas a lo largo de los siglos. Era el punto de entrada a la ciudad fortificada.

Al sur de la comarca se encuentra el importante conjunto medieval de Santa Pau, que también formaba parte del condado de Besalú. Está formado por un castillo construido entre los siglos XIII y XIV, una iglesia gótica de una sola nave y una plaza porticada en la que se celebraba el mercado. 

La arquitectura civil medieval está bien representada en la Casa Juvinyà, en Sant Joan de les Fonts, una edificación señorial del siglo XII formada por una torre de planta cuadrada y una sala.

Otra de las estampas más conocidas de la Garrotxa es la del pueblo de Castellfollit de la Roca, situado sobre un impresionante risco basáltico de más de cincuenta metros de altura. La imagen de la iglesia y de las casas colgando sobre el precipicio es sobrecogedora y las vistas que se tienen desde el pueblo sobre los valles del río Fluvià y del Toronell son magníficas. El núcleo antiguo del pueblo tiene la típica estructura de villa medieval, formada por calles estrechas y pequeñas plazoletas.

En la zona de la Alta Garrotxa hay numerosas iglesias de estilo románico como la de Sant Joan de Balbs, la de Santa Bàrbara de Pruneres o la de Santa Eulàlia de Beguda, pero sobre todas ellas destaca la de Sant Cristófol, en Beget, en la que se conservan varios tesoros artísticos como la pila bautismal y la preciosa majestad.

En Olot vale la pena visitar el claustro del Carme, una enorme edificación de dos pisos de estilo renacentista, y las casas modernistas del centro de la ciudad, entre las que destacan las de los arquitectos Alfred Paluzie, Josep Azemar y Lluís Domènech i Muntaner.

En los tres museos públicos de la ciudad (el Museu Comarcal, el Museu dels Volcans y el Museu dels Sants) se muestra el patrimonio cultural y natural de la comarca.

Qué hacer

La Garrotxa es una comarca especialmente indicada para el senderismo y el cicloturismo. En el Parc Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa se halla el paisaje volcánico más importante de la península y uno de los más interesantes de Europa. Tiene una extensión de aproximadamente 15.000 hectáreas y unos cuarenta conos volcánicos. En su interior hay numerosos itinerarios para hacer a pie o en BTT, que recorren desde la Fageda d'en Jordà al famoso volcán de Santa Margarida o el volcán del Croscat, con el cono lateral más grande de la Península Ibérica.

En el Espai d'Interés Natural de l'Alta Garrotxa, que forma parte de la Red Natura 2000, hay varios itinerarios señalizados para hacer a pie, en los que se puede admirar la arquitectura románica y las pequeñas aldeas de esta bonita zona del Prepirineo.

Otra interesante ruta para hacer a pie es la Vía Romana del Capsacosta, entre Hostalets de Capsacosta y Sant Pau de Segúries, en el Ripollès. Durante el Imperio romano era una rama secundaria de la Vía Augusta que iba desde Figueres, por La Vall de Bianya y el Capsacosta, hasta el Coll d'Ares, donde se juntaba con la vía Domitia.

El camino real que unía Vic con Olot se recuperó recientemente. Tiene 44 kilómetros de longitud y pasa por Les Preses, La Vall d'en Bas, la Salut, L'Hostalot, El Cabrerès (Cantonigròs y Santa Maria de Corcó), Sant Martí Sescorts y Roda de Ter.

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