La villa tiene suficientes rincones llenos de historia por donde vale la pena pasearse. En la oficina de turismo o en la web oficial se pueden encontrar algunas de estas rutas de descubrimiento, en las que se indican al visitante curiosidades y anécdotas de la población, como el lugar donde se encuentra la casa donde nació Salvador Dalí, el 11 de mayo de 1904.
Estas rutas también llevan por la judería, aislada del resto de la población, de tal manera que incluso las casas que daban a la iglesia no tenían puertas ni ventanas.
Si la estancia es de un par de días mínimo, se puede hacer el denominado Triángulo Daliniano, que se compone de una visita a los museos de Port Lligat (Cadaqués) y de Púbol (Baix Empordà) y al Teatre-Museu de Figueres.
La Rambla es el centro social de Figueres. Amplia y luminosa, cuenta con numerosos comercios y cafeterías, algunas muy tradicionales, con suelos bellamente embaldosados y mesas de mármol.
Figueres cuenta con una variada oferta gastronómica, de la que el escritor Josep Pla ha cantado las excelencias, y con una veintena de pubs nocturnos para redondear la jornada, en especial en los alrededores de la plaza del Sol.
La ciudad cuenta con un extenso calendario de ferias y fiestas, entre las que hay que prestar atención a la Feria del Brunyol (marzo) y la Feria del Vino (septiembre). Sin embargo, en mayo, tiene lugar la celebración más sonada, las Ferias y Fiestas de la Santa Creu, que incluye actividades de todo tipo, como castellers, concurso de rosas, conciertos, exposiciones, pasacalles, etc.