Las calles empedradas de Girona, con sus fachadas históricas y sus rincones secretos, son testigos de algunas de estas leyendas. Historias que se mezclan con la realidad, como el recuerdo de las brujas que un día caminaron por esas mismas calles. Dice la leyenda que una bruja se dedicaba a echar piedras a todos los símbolos religiosos. Un día, Dios la castigó y la convirtió en piedra. Los sacerdotes la colocaron en la parte más alta del templo para que de su boca no salieran maldiciones sino agua pura caída de las nubes. De bruja a gárgola por gracia divina. 1 de noviembre, Todos los Santos. El día de recuerdo a los muertos y antepasados en Cataluña. En torno a esta fiesta religiosa surgen muchas de las leyendas y tradiciones ligadas también a las brujas y las bestias. La noche del 31 de octubre, por ejemplo, Viladrau celebra el baile de las brujas, y también en Sant Feliu Sasserra tiene lugar la Feria de las Brujas. Ambas fiestas recuerdan a las mujeres del pueblo que fueron colgadas en la primera mitad del siglo XVII acusadas de brujería. Esta misma fecha también tiene una tradición muy dulce arraigada en todo el territorio: los panellets. Una masa hecha de harina de almendra y huevo, similar al mazapán, que se recubre con piñones, membrillo, coco o, incluso, chocolate. Una tradición en torno a este dulce es la Rifa de la Confitura en Reus, que se celebra desde 1926. Los ganadores se llevan lotes de botellas de moscatel y bandejas de confituras y panellets. El bestiario, conjunto de figuras que representan animales reales y fantásticos, es otro elemento que va muy ligado a las fiestas tradicionales catalanas. Forma parte del imaginario colectivo de cualquier sociedad y los catalanes tienen una colección diversa y muy particular. En Cataluña, estas figuras son un elemento imprescindible en pasacalles (fiestas en la calle con cabezudos, gigantes y música tradicional), los correfocs (espectáculo en la calle con pirotecnia) o en celebraciones populares como la Patum de Berga y las fiestas mayores. > Entre los animales reales más típicos encontramos el águila, el gallo, el buey, el león, el cerdo, el camello o el murciélago. Entre los fantásticos no pueden faltar el basilisco (medio gallo, media serpiente), la cucafera (híbrido entre tortuga gigante y cocodrilo), el grifo (cuerpo de león y cabeza de águila) y, como no, el dragón. ¡Descubre cómo bailan y chispean! Todo este imaginario también se traslada a la arquitectura y monumentos. Un buen ejemplo lo encontrarás en Gerona. Allí hay una escultura de piedra caliza del siglo XII de una leona. También conocida como “el culo de la leona”, porque la tradición dice que “sólo podrás volver a Girona si has besado en el culo de la leona” o “no puede ser vecino de Girona quien no ha besado en el culo de la leona”. Muchas de las leyendas que se han convertido en fiestas y celebraciones tienen un importante trasfondo religioso, como es el caso de la Fiesta de la Luz, que se celebra cada 21 de febrero en Manresa. Según la tradición, en esta misma fecha de 1345 una misteriosa luz procedente de Montserrat entró por las vidrieras de la iglesia del Carmen y se dividió en tres bajo el ábside. Este evento, visto como una manifestación divina, puso fin al desacuerdo entre la ciudad y el obispado sobre las obras del canal de la Acequia, que debía llevar agua para acabar con la sequía que la ciudad sufrió durante más de una década . Todas estas tradiciones y narraciones forman parte de la cultura catalana. Seas donde estés, podrás descubrir una leyenda única y propia de cada barrio, pueblo o ciudad que estás conociendo. Ven y adéntrate en las historias más curiosas que forman parte de la vibrante cultura popular catalana.