El enoturismo es mucho más que descubrir el mundo del vino. Es una forma de vivir experiencias, acercarte a la historia de las bodegas, conectar con las tradiciones y el entorno... Y también puede ser el mejor valor añadido para tu evento o reunión. Puedes reunirte entre extensos campos de viñedos, celebrar un evento en una bodega modernista, hacer una cata de vinos en equipo... La oferta enoturística de Cataluña es inmensa. Aquí se distinguen hasta doce denominaciones de origen y hay más de 300 bodegas que abren sus puertas a visitantes para compartir su pasión con el mundo. Conoce algunas de las DO. DO Penedès: el vino a la vanguardia Esta es la denominación pionera en Cataluña. Situada a tan solo 30 minutos de Barcelona, es una zona vitivinícola de gran diversidad paisajística, con viñedos en el interior y cerca del mar, y con un rico patrimonio histórico: monasterios, castillos y bodegas modernistas. La Familia Torres lleva más de tres siglos en el Penedès y ofrece espacios singulares para eventos. Su Bodega Waltraud, por ejemplo, es un edificio de arquitectura elegante y sostenible, integrado con el paisaje, que incluye una espectacular plaza al aire libre ideal para cualquier reunión. También puedes disfrutar de la DO Penedès en Mont-Rubí, que cuenta con un espacio gastronómico propio, con wine-bar y restaurante, en un chalet de finales del siglo XIX totalmente restaurada. O en Casa Juvé & Camps, una bodega centenaria ubicada en un conjunto arquitectónico al estilo château bordelés, rodeada de viñedos y con vistas a Montserrat, donde celebrar eventos con cata incluida. DO Priorat: enoturismo en paisajes escarpados Este es un territorio de pendientes imposibles. Las viñas viejas han tenido que sobrevivir a las oscilaciones del tiempo y por eso se dice que aquí la viticultura es una heroicidad. La tradición del vino del Priorat nació con la Cartuja de Escaladei, el primer monasterio cartujo de la península Ibérica. Sus monjes cultivaban aquí viñas, olivos y huertos. Vive la historia en primera persona en Terra Dominicata, la antigua granja de la cartuja, rehabilitada para acoger un hotel entre viñedos, con una bodega propia, un taller de cocina y una gran sala de reuniones. También puedes disfrutar de los paisajes en Mas d’en Bruno, un hotel-boutique de lujo en el corazón del Priorat, perfecto para una reunión íntima con vistas a los viñedos. DO Pla de Bages: historia de la agricultura Este territorio tiene un patrimonio histórico muy especial: esconde miles de barracas y tinas de piedra seca que los agricultores construyeron durante siglos para vinificar a pie de viña. Los productores de la zona hacen honor a este tesoro y mantienen la tradición, elaborando grandes vinos. Uno de ellos es Oller del Mas, ubicado en un espectacular castillo del siglo X entre los paisajes de un geoparque. Sus 600 hectáreas combinan cultivos, la bodega, un centro de enoturismo, cabañas para alojarse, una zona gastronómica y otra deportiva. Hay salas para reunirse tanto en el restaurante, como en la bodega y en el wine bar. DO Empordà: donde comenzó la tradición Fueron los comerciantes griegos y fenicios los que, en el siglo VI a. C., introdujeron la viña y el vino en Cataluña, y lo hicieron en la colonia griega de Empúries, en el Empordà, donde se preserva uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la península. De las cepas junto al mar se elaboran sus típicas garnachas negra, roja y blanca. El Hotel Peralada se ubica en el corazón del Empordà. Tras un encuentro de trabajo en sus salones de reuniones, puedes disfrutar de la alta gastronomía mediterránea, un wine spa (un centro de bienestar basado en las propiedades del vino), la piscina y sus instalaciones deportivas. DO Cava: el famoso espumoso catalán La historia del cava catalán comienza en el siglo XIX, en un intento de perfeccionar el método champenoise. Con el epicentro en el Penedès, la historia del cava ha estado siempre estrechamente ligada al modernismo y a su patrimonio. Las cavas Codorniu son un gran ejemplo, ubicadas en un majestuoso recinto modernista obra de Josep Puig i Cadafalch. Es un emblemático punto de encuentro con capacidad para más de 1.000 personas, amplios espacios de reunión, zonas ajardinadas y más de 30 kilómetros de cavas subterráneas. Las centenarias cavas Freixenet son otro de los grandes nombres del cava catalán. La bodega se encuentra a solo 35 minutos de Barcelona, también en un edificio modernista. Ofrece instalaciones para reuniones y actividades de team building en torno al cava.