Este licor se elabora a partir de nueces tiernas mezcladas con varias plantas aromáticas con combinaciones infinitas: menta, hierba luisa, salvia, tomillo, albahaca, espliego, "brioda", ajedrea, etc. Además de las hierbas, a la mezcla se pueden añadir un número indeterminado de especies, siendo las más frecuentes la canela y la nuez moscada, pero siempre como mínimo ha de incluir hierba luisa, canela, clavo y nuez moscada.La mezcla se macera durante como mínimo dos meses; después se decanta el líquido resultante, y se le añade azúcar, alcohol y agua, para envejecer en toneles de madera durante tres meses más. El resultado final es una bebida alcohólica con una graduación de casi treinta grados, de coloración de caramelo y sabor dulce, pero con un toque ligeramente amargo.La ratafía se toma como aperitivo y digestivo. Se suele beber muy fría, directamente del congelador. Es ideal para acompañar toda clase de postres, especialmente helados.Entre las ratafías más emblemáticas de Cataluña se encuentra la Ratafia Bosch, elaborada por la destilería Bosch desde 1892 en la población de Sant Quirze de Besora, y la Ratafia Russet, la más conocida de la comarca de La Garrotxa. La composición exacta de esta última es un secreto guardado por la familia Russet durante cinco generaciones.A la ratafía se le dedican varias fiestas. Una tiene lugar en Santa Coloma de Farners a principios del mes de noviembre, e incluye una muestra de todas las ratafías que se elaboran en Cataluña, además de un concurso. Otra tiene lugar en Besalú el primer domingo de diciembre; incluye también un concurso de elaboración, pero restringido a los habitantes de Besalú. Finalmente, la Fira de Centelles, que se suele celebrar el primer fin de semana de junio, reserva también un espacio para este licor.