La pera de Lleida se cultiva con procedimientos respetuosos con el medio ambiente, como el "maneig", un sistema de riego por goteo, y se recoge en los meses de julio y agosto. Esto, añadido a las características propias del suelo, rico en materiales carbonados, hace que las peras resulten en general más dulces y jugosas.Esta pera dulce y de reconocido sabor ha sido incorporada a la gastronomía catalana, especialmente en las tierras en las que se cultiva. Incluso se utiliza el verbo "fruinar" (híbrido de fruta y cocinar) para hablar de una cocina que incorpora esta fruta en muchos de sus platos. Así, se pueden encontrar platos tradicionales en los que la pera puede acompañar a la butifarra o a la oca, y otros más modernos, como la coca de pollo de corral, la de escalivada con pera al rescoldo y anchoas o el filete de róbalo salvaje.Cada variedad de pera presenta su mejor versión durante su correspondiente temporada. La temporada de la limonera va de julio a noviembre; la de la blanquilla se extiende desde agosto hasta febrero, y la de la "conference" se alarga desde septiembre a junio.