La liebre viene a ser un animal equiparable a un conejo de mayor tamaño, con orejas más largas y que vive en estado salvaje. Como no demasiado dada a sobrevivir en cautividad, la fuente más importante de abastecimiento de las carnicerías es la caza. El placer culinario de la caza compensa la laboriosidad que a menudo requieren estos platos. Su carne oscura y fibrosa requiere una preparación previa tanto de limpieza como de marinado para suavizarla un tanto. Antiguamente, formaba parte de los guisos festivos, pero hoy en día ha perdido parte de ese protagonismo, aun siendo muy valorada en la cocina. La receta catalana en la que más luce es el civet de liebre, un guiso en que se usa una pastilla de chocolate. El recetario también incluye otros guisos y estofados de liebre, y su carne se utiliza a menudo para sustituir la de conejo en arroces y otras elaboraciones.