Sitges es vibrante y sorprendente. Una villa de Costa Barcelona que se ha convertido en todo un referente de la cultura a nivel internacional sin perder su esencia marinera. Pasear por las calles de Sitges es andar por una de las cunas culturales más destacadas de la Cataluña del siglo XX. Aquí se encuentra el Museo del Cau Ferrat, la casa taller del pintor y escritor Santiago Rusiñol, y el Museo de Maricel, un antiguo hospital que acoge colecciones de escultura y pintura antigua y moderna. Los dos resumen la esencia modernista y el carácter marinero de esta villa. A través de las rutas modernistas que se organizan regularmente descubres edificios como la Casa de Pere Carreras o la Casa del Rellotge y también las llamadas casas de los americanos: catalanes que hicieron fortuna en Latinoamérica. Son un total de 12 edificios. El Festival Internacional de Cine Fantástico es otro escaparate cultural de Sitges. Se celebra desde 1968 y atrae año tras año a miles de espectadores. Para adentrarte en la cultura marinera de la villa, recorre el barrio de pescadores en una visita guiada organizada por la Confraria de Pescadors de Sitges, una de las más antiguas de Cataluña y una de las pocas que pescan exclusivamente con artes de pesca artesanales como la nansa. También puedes acercarte a la iglesia de San Bartomeu i Santa Tecla, que se ha convertido en todo un icono de la villa y que ofrece una vista completa del Paseo Marítimo. Entre las festividades destacadas de Sitges está el carnaval, una fiesta que se recuperó en el siglo XIX y que se ha convertido en uno de los más populares de Cataluña. Uno de los epicentros de la fiesta es la calle del Pecat, lugar de paseo habitual de los visitantes de la villa. La elaboración de la malvasía es un oficio con una larga tradición en Sitges. Este vino dulce tiene un gusto particular marcado por la proximidad del mar y una vendimia tardía. En el Centro de Interpretación de la Malvasía de Sitges (CIM), ubicado en la bodega Hospital Sant Joan Baptista, descubrirás todos los secretos del cultivo de este vino tan arraigado a la tradición vitivinícola de la villa y lo catarás. Si te apetece, puedes maridarlo con un arroz a la sitgetana, que combina productos del mar y la montaña.