En Cataluña es muy valorado el guisante del Maresme, de la variedad garrofal. Cultivado en terrenos silíceos y arenosos, es originario del municipio maresmense de Sant Andreu de Llavaneres, de aquí que también se conozca como guisante de Llavaneres. Las primeras noticias precisas sobre el guisante de Llavaneres datan del siglo XVII. Francisco Zamora habla en el libro "Diario de los viajes y hechos en Cataluña" de la presencia de guisantes tempranos en las proximidades de Mataró, destinados a la comercialización en Barcelona. Las referencias a esta leguminosa perduran durante los siglos XIX y XX e incluso se exportaba a Francia durante los años treinta.Esta variedad de guisante se caracteriza por su sorprendente gusto dulce, que lo hace muy preciado en la gastronomía. Actualmente, se pueden encontrar congelados en cualquier época del año, pero el guisante fresco es un producto de primavera: se siembra durante el mes de octubre, la cosecha empieza hacia el mes de marzo y se alarga hasta mayo.Los guisantes se pueden comer solos o como acompañamiento. Los amantes de esta leguminosa, que se confunde a menudo con una verdura, pueden disfrutar de ella cada año a las Jornades Gastronòmiques: "Temps de Pèsols", en las que participan productores y restauradores de varias localidades del Maresme (Arenys de Mar, Cabrera de Mar, Caldes d'Estrac, Mataró, Pineda de Mar, Premià de Mar, Sant Andreu de Llavaneres, Sant Pol de Mar y Vilassar de Dalt) y se puede disfrutar, de marzo a mayo, de la degustación en restaurantes de menús y platos elaborados con este producto, considerado por muchos como la perla verde del Maresme. También se pueden comprar exquisiteces en comercios artesanales o llenar la cesta directamente de productores. En el marco de estas jornadas, Caldes d'Estrac celebra cada año la Pesolada y Mataró, las Jornades Gastronòmiques del Plat de Mataró, donde diferentes restaurantes ofrecen en el menú el plato de localidad: guisantes con sepia y patatas.