Su zona de producción se circunscribe a la comarca del Baix Llobregat. Desde 1987 goza la de la Denominació Genèrica de Qualitat Pollastre y Capó de la Raça Prat. En 1996, además, recibió el sello IGP de la Unión Europea. Desde tiempos ancestrales, en el delta del Llobregat ha existido un tipo de gallina rústica mediterránea que, a finales del siglo XIX, fue seleccionada y mejorada por payeses y avicultores catalanes. Con el tiempo, se fueron fijando las características propias que han dado lugar a esta raza autóctona.Al margen de su plumaje rubio oscuro, su rasgo más destacado, tal como indica su nombre, es el color azulado de las patas. Su carne es de color oscuro, uniforme, melosa y prácticamente sin grasa, fruto de una alimentación natural con cereales.El gallo del Prat es especialmente apreciado como plato durante las fiestas navideñas, sobre todo, como capón. Se come a la brasa, al horno o acompañado de una picada catalana con almendras, avellanas, vino rancio, ajo, pimiento blanco y azafrán.Al gallo Pota Blava también se le dedica una feria, la Fira Avícola, que se celebra en El Prat de Llobregat durante el mes de diciembre.