Ingredientes Para 6-8 personas: 1,2 kilos de espalda de ternera (tapa plana) 1 cebolla mediana ½ puerro ¼ de zanahoria 2 tomates maduros 200 gramos de setas variadas (perrechicos, boletus, rebozuelos, etc.) 1 vaso de vino rancio Caldo de carne Pimienta negra molida Harina Sal Aceite de oliva Para la picada: 2 dientes de ajo 10 gramos de almendras tostadas 10 gramos de avellanas tostadas 1 rebanada de pan Perejil fresco Utensilios necesarios: cazuela, sartén, mortero Tiempo de preparación: 2 horas Dificultad: media Pasos a seguir Corta la ternera en filetes finos, sala, enharina y fríe en una cazuela con aceite abundante hasta que esté bien dorada. Retira y reserva. Retira el exceso de aceite de la cazuela y sofríe la cebolla, la zanahoria y el puerro, todo bien picado, hasta que estén dorados. Añade el tomate pelado y sin semillas y el vino rancio, y déjalo cocer unos 10 minutos. Pon la ternera en la cazuela, cúbrela con caldo y déjalo cocer a fuego suave unos 45 minutos. Mientras tanto, en una sartén con un poco de aceite, saltea las setas cortadas en trozos y salpimentadas. Pon en un mortero los ajos, las avellanas, las almendras, el pan y el perejil y tritúralo bien. Añade un poco del jugo de la cocción de la ternera y remuévelo bien. Pon las setas y la picada en la cazuela de la ternera, rectifica de sal y pimienta y déjalo cocer 10 minutos más. Deja reposar el fricandó un rato antes de servir. Aunque, como todos los guisos, es recomendable comerlo después de que haya reposado unas cuantas horas, incluso al cabo de un par de días. Las carnes de ternera que se pueden utilizar para hacer el fricandó son diversas, pero siempre piezas que necesiten cierta cocción: espalda, jarrete, tapa plana y carne de la cadera, en general. Y, si no dispones de perrechicos porque no es temporada, no te preocupes, los puedes sustituir por rebozuelos, níscalos o negrillas, por ejemplo. Presentación del plato y guarniciones recomendadas La presentación tradicional del fricandó en la mesa es sencilla y sin pretensiones, pero con generosidad en la porción y en la salsa. A veces, se esparce un poco de perejil picado por encima para darle un toque de color, pero la presentación es generalmente sin grandes adornos. Se sirve bien caliente, ya que es un plato que reconforta, especialmente en invierno, y acompañado de una buena rebanada de pan. Otras recetas relacionadas que puedes preparar Entrecot de ternera con tomate, ajo y perejil Habas a la catalana Pollo con setas