Los embutidos de La Garrotxa se realizan aún hoy de forma artesanal, seleccionando la mejor carne magra del cerdo, y sin aditivos ni conservantes. De este modo lo hace, por ejemplo, la familia Sala, de Castellfollit de la Roca, que elabora embutidos desde 1843.Entre los embutidos más característicos de esta comarca figura la botifarra dolça (butifarra dulce). Hecha con carne magra cruda de cerdo, es un alimento de alto contenido calórico. Su rasgo más característico es que incorpora azúcar, un ingrediente que le proporciona un gusto muy personal. De forma opcional, también puede llevar canela. Con ella se elabora un plato delicioso: la botifarra dulce con manzanas.También está el fuet de Olot, elaborado únicamente con carne de cerdo, adobada con pimienta negra y otras especias, y de sabor suave. Durante el proceso de reposo se forman unas características manchas blancas que lo recubren.Por otro lado, exclusivamente en la localidad de Tortellà se elabora el piumoc, una longaniza seca de sabor muy intenso y penetrante hecha con la carne del costillar del cerdo. La carne se sala, se le pone pimienta y se tritura, y días después se embute. Después de un mes secándose ya se puede consumir.Todos estos productos y muchos más se pueden encontrar en la Fira de l'Embotit, que se celebra anualmente en Olot a finales del mes de febrero, y donde también se organiza una butifarrada popular.Finalmente, en Castellfollit de la Roca se puede visitar el Museu de l'Embotit, donde se puede descubrir la tradición en la elaboración del embutido de esta comarca catalana.