Cuando hablamos de invierno, la nieve a menudo es la gran protagonista. Cataluña ofrece paisajes nevados que enamoran: desde las pistas de esquí de la Cerdanya, la Val d'Aran o el Pallars Sobirà hasta los paisajes blancos que nos ofrece el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Esquiadores, snowboarders y amantes de las raquetas encuentran en estos sitios su pequeño paraíso invernal. Pero el invierno en Catalunya es mucho más que nieve y montañas. Los pueblos y ciudades se visten de fiesta para celebrar las tradiciones más arraigadas. La Navidad, con mercados como el de Santa Llúcia, pesebres vivientes o las cabalgatas de Reyes, es una época festiva muy importante en el territorio. Sin duda, las fiestas de invierno invitan a sumergirse en la cultura popular catalana, en la que cada rincón esconde una historia. El clima templado y estable del resto del territorio hace que sea una época ideal para disfrutar de los paisajes catalanes y descubrir pequeños pueblecitos del interior o de la costa. Pasear por la Costa Brava o la Costa Dorada o descubrir los bosques sin hojas de la Cataluña interior te permitirá disfrutar del aire libre. No podemos obviar la oferta cultural: el invierno es un buen momento para refugiarse en museos, teatros o salas de concierto. No hay que olvidar la gastronomía típica de estas fechas. Algunos platos están vinculados a las fiestas, como la sopa de galets de Navidad o el roscón de Reyes. En los Pirineos, es la época ideal para disfrutar del trinchado de la Cerdanya, hecho con col, patata y tocino, mientras que en la zona de Tarragona, a partir de enero, es la temporada de otro de los productos más típicos de Cataluña , los calçots. ¡Vive un invierno único en Cataluña!