Los correfocs son mucho más que una tradición festiva: son la explosión del alma catalana en forma de fuego, música y danza. Cada año, pueblos y ciudades de Cataluña se convierten en escenarios vivos, donde las chispas vuelan libremente y el ritmo de los tambores resuena con fuerza. Es una celebración que va más allá de las fiestas mayores y las noches de verano. Los correfocs son un grito colectivo de alegría, un momento para sentir el poder de la comunidad mientras el fuego no quema, sino que ilumina, une y celebra. Una fiesta viva que nos conecta con las raíces y nos recuerda que la tradición se mantiene en movimiento, vibrante y auténtica.Prepárate para los correfocs: para sentir la magia de un ritual donde la pasión, el fuego y la fiesta se convierten en un todo indisoluble.Correfocs: ¿qué son?Un correfoc es, en esencia, un espectáculo callejero itinerante donde un grupo de personas disfrazadas de diablos y otras figuras infernales o fantásticas desfilan y bailan bajo el fuego de sus propios artefactos pirotécnicos (como carretillas, francesos o cetros). Van acompañados por la música contundente y rítmica de los tamborileros (tabalers), creando una atmósfera electrizante.No es solo un espectáculo para mirar; es una experiencia para sentir. El olor a pólvora, el ruido ensordecedor de los petardos y los tambores, la visión de las chispas iluminando la oscuridad y la proximidad de los diablos danzando crean una inmersión sensorial total. El público a menudo participa activamente, corriendo y bailando bajo las chispas (¡siempre con precaución!), convirtiéndose en parte de la fiesta.Una tradición con mil años de fuego y fiesta: la historia de los correfocs en CataluñaAunque el término “correfoc” es relativamente moderno −se popularizó a finales de los años setenta del siglo XX−, sus raíces son profundas y se hunden en la historia medieval catalana. El origen lo encontramos en las representaciones teatrales que se hacían en las calles durante la Edad Media, especialmente en los llamados “entremeses” de las procesiones del Corpus Christi. En estas representaciones, a menudo se simbolizaba la lucha entre el Bien y el Mal, y los diablos tenían un papel destacado.El “Ball de Diables” (Baile de Diablos) es la manifestación más directa de estos orígenes. Documentados ya en el siglo XII, estos bailes representaban figuras demoníacas que interactuaban con el público, a menudo con elementos de fuego primitivos. A lo largo de los siglos, estas representaciones evolucionaron, adaptándose a los cambios sociales y culturales.Con la llegada de la democracia tras la dictadura franquista, hubo un resurgimiento de la cultura popular catalana y una voluntad de recuperar las fiestas en la calle. Es en este contexto que el “Ball de Diables” se transforma y se populariza como correfoc: un acto más libre, participativo y espectacular, donde el fuego y el desenfreno toman el protagonismo. Se convirtió rápidamente en un elemento imprescindible de las fiestas mayores en toda Cataluña.Diablos del correfoc: entre el infierno y la danzaLos protagonistas indiscutibles del correfoc son los diablos. Organizados en colles (grupos), cada pueblo o barrio puede tener la suya, con vestuarios y estilos propios. A pesar de la imagen infernal, los diablos del correfoc no buscan asustar, sino invitar a la fiesta a través de su energía y su danza hipnótica con el fuego.El vestuario suele consistir en ropa de saco o algodón grueso para protegerse de las chispas, decorada con motivos relacionados con el infierno, la naturaleza o símbolos locales. Las máscaras o las caras pintadas y los cuernos son elementos distintivos. Figuras como Lucifer (el jefe de los diablos) y la Diablesa suelen tener un papel destacado, llevan cetros más elaborados y dirigen la colla.Pero los diablos no están solos. A menudo los acompañan otras figuras, como las bestias de fuego (dragones, víbries, águilas y otros animales mitológicos o reales que echan fuego por la boca) y, fundamentalmente, los tabalers (tamborileros). El ritmo constante y potente de los tambores es el alma del correfoc, marcando el paso de los diablos, incitando a la danza y creando una atmósfera tribal y enérgica que te atrapa desde el primer momento.Los correfocs más espectaculares de CataluñaSi bien casi cada fiesta mayor en Cataluña tiene su propio correfoc, algunos han alcanzado una fama especial por su espectacularidad, tradición o singularidad. Aquí te presentamos algunos que no te puedes perder:La Patum de BergaAunque no es un correfoc en el sentido estricto, La Patum es la fiesta del fuego por excelencia en Cataluña, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Se celebra por Corpus y es una explosión de figuras ancestrales (Turcs y Cavallets, Maces, Guites, Àliga, Nans Vells, Gegants y los impresionantes Plens) que bailan al son del tambor y bajo un fuego intensísimo en la plaza de Sant Pere. Una experiencia única y ancestral.Correfoc de la Mercè (Barcelona)Dentro de las fiestas de la patrona de Barcelona (alrededor del 24 de septiembre), el Correfoc de la Mercè es uno de los actos más multitudinarios y esperados. Llena la Via Laietana con decenas de colles de diablos y bestias de fuego de toda Cataluña e incluso de fuera, creando un río de chispas, humo y ruido absolutamente espectacular. Hay una versión infantil y la de los adultos, que es pura adrenalina.El Aquelarre de CerveraEsta fiesta, que se celebra el último fin de semana de agosto en Cervera (Lleida), gira en torno al mundo de la brujería y el esoterismo. El correfoc es uno de los puntos culminantes del Aquelarre de Cervera, con el descenso del Mascle Cabró (Macho Cabrío) desde el campanario y la participación de numerosas colles de diablos en un ambiente mágico y transgresor. Es más teatral y temático que otros correfocs.Fiesta Mayor de Vilafranca del PenedèsConsiderada una de las fiestas mayores más completas y tradicionales de Cataluña (alrededor del 30 de agosto, San Félix), cuenta con un Ball de Diables centenario y unos correfocs muy potentes. La intensidad del fuego, la gran participación popular y la combinación con otros elementos del rico folclore local (castellers, dragón, etcétera) la hacen especialmente vibrante.Correfoc de Santa Tecla (Tarragona)Las fiestas de Santa Tecla (alrededor del 23 de septiembre) son otro gran escaparate de la cultura popular catalana. Su correfoc, con la participación del Drac, el Bou, la Víbria y numerosas colles de diablos locales, es uno de los momentos culminantes, que llena de fuego y ambiente la Parte Alta de la ciudad.Vivir el correfoc: consejos y seguridad¿Quieres sumergirte en la experiencia del correfoc? ¡Fantástico! Pero es importante hacerlo con sensatez y siguiendo unas mínimas normas de seguridad para disfrutar de la fiesta sin incidentes:Vístete adecuadamente: lleva ropa vieja de algodón (¡nunca fibras sintéticas, que se pueden fundir!), de manga larga, pantalones largos, un sombrero o pañuelo en la cabeza y calzado cerrado (deportivo o botas).Protégete los ojos: unas gafas de protección pueden ser muy útiles.Respeta a las figuras: no agarres ni tires de los diablos ni de las bestias.Mantén las distancias: si no quieres participar activamente bajo el fuego, sitúate en zonas más alejadas o detrás de las barreras de seguridad.Cuidado con los niños: si vas con niños, mantenlos siempre cogidos de la mano, alejados de la primera línea de fuego, y protégelos adecuadamente. Muchos correfocs tienen versiones infantiles más tranquilas.Sigue las indicaciones: haz caso de las recomendaciones de la organización y de las colles de diablos.Los correfocs son la expresión de una cultura viva, un ritual colectivo que une generaciones y celebra la vida con una energía desbordante. Desde sus orígenes medievales, esta tradición que enciende las calles de Cataluña es una invitación a dejarse llevar, a sentir la fuerza del fuego y el ritmo de los tambores, a formar parte de una experiencia única e inolvidable. Busca la próxima fiesta mayor y descubre por ti mismo la magia incandescente de los correfocs catalanes. ¿Te atreves?