La cigala se parece a la gamba, pero es más larga, con patas y pinzas afiladas, y con una cola muy musculosa. Suele vivir en fondos fangosos entre 100 y 300 m de profundidad. La gamba es más pequeña, no tiene pinzas y vive en grupos.Los mejores ejemplares de cigala alcanzan los 25 cm de largo. Se trata de una especie presente en una gran extensión de mares y océanos, que se pesca durante todo el año, por eso es común encontrarla en pescaderías y restaurantes todo el año, a pesar de que en la mayoría de ocasiones se trata de cigala importada. Las características organolépticas (gusto, textura) así como el color permiten distinguir las capturas locales de las importadas. En Cataluña, la zona de pesca de la cigala se concentra a la Costa Brava, en municipios costeros del Baix y del Alt Empordà, como Palamòs o Arenys.La cola es la parte que más se valora en la cocina, por su sabor intenso. Las cigalas se pueden cocinar de distintas maneras: solas, al horno, a la plancha, cocidos o a la brasa. También pueden acompañar platos más elaborados, como guisos de mar y montaña, en combinación con pato o pollo; y son excelentes para preparar arroces. Así, la cocina catalana tiene platos tradicionales como la zarzuela o la fideuada, o los fideos con cigalas y sepia.