Las catedrales y los monasterios de Cataluña han tenido un papel fundamental tanto a nivel histórico como espiritual y religioso. Hoy en día, todavía son muy relevantes desde estas perspectivas, pero también como elementos monumentales y atractivos turísticos de primer orden. Viajar por el territorio para descubrirlos es la mejor manera de comprender en profundidad el pasado de estas tierras y su cultura. He aquí una selección de algunos de los monasterios y catedrales más representativos de Cataluña, que no deberían faltar en ninguna lista de monumentos a visitar. Monasterio de Montserrat Muchos dirían que el corazón y el alma de Cataluña se encuentran en la montaña de Montserrat. Enriscado en un paraje natural mágico de agujas y moles rocosas de formas redondeadas, el monasterio de Santa María de Montserrat está consagrado a la Moreneta, patrona de Cataluña. El monasterio de Montserrat es todo un símbolo cultural y espiritual, así como un centro de peregrinación religiosa todavía activo, con unos ochenta monjes. La basílica, del siglo XVI, presenta una gran nave central con arcos góticos redondeados y seis capillas en cada lado. El complejo cuenta con varias dependencias más, como el claustro neorománico de Puig i Cadafalch, la sala gótica o el edificio de la Escolania, un coro de voces blancas que es la institución musical más antigua de Europa. Además del templo y el resto de los edificios, puedes complementar la visita con una excursión por el entorno, curioseando en los puestos del mercadillo y observando las vistas. Monasterio de Sant Pere de Rodes Ubicado dentro del Parque Natural del Cabo de Creus, asomado a la Costa Brava desde la atalaya de la sierra de Rodes, el monasterio de Sant Pere de Rodes fue un cenobio benedictino documentado desde el siglo IX. La iglesia del siglo XI con su campanario es el elemento más importante de un conjunto que incluye también las celdas monacales, el comedor y otras dependencias organizadas alrededor del claustro. Puedes visitar este notable ejemplo del románico catalán por tu cuenta o con una visita guiada. No olvides reservarte un rato para disfrutar de las excepcionales vistas que proporciona. Monasterio de Poblet El Real Monasterio de Santa María de Poblet es una joya histórica y arquitectónica, así como el más representativo de la Ruta de los Reales Monasterios de Cataluña. Fundado en 1192, su aspecto actual data del siglo XIV y sus instalaciones todavía albergan una comunidad monacal de unos treinta monjes. El conjunto, de grandes dimensiones y protegido por murallas y portales, está rodeado de viñas y bosques, a los pies de las montañas de Prades. En él destacan la iglesia, el claustro gótico, la sala capitular y el refectorio, aunque su valor va más allá de lo arquitectónico. El monasterio conserva valiosas obras de arte sacro en el museo situado en el denominado palacio Real; un fondo documental excepcional en la biblioteca, que incluye el Archivo Tarradellas. Además, como panteón real, aquí fueron enterrados los reyes aragoneses Alfonso II, Jaime I, Pedro IV y Martín I. Real Monasterio de Santes Creus El Real Monasterio de Santes Creus es una especie de catálogo monumental de los diferentes estilos arquitectónicos vigentes desde su fundación en el siglo XII hasta su abandono definitivo en 1835. Rehabilitado como espacio cultural, ahora se pueden ver desde la fachada románica, con su espectacular vitral gótico, hasta los retablos barrocos del interior. El hecho de ser el único monasterio de la Ruta de los Reales Monasterios de Cataluña que no está habitado en la actualidad da mucha libertad al diseño de las visitas. Podrás recorrer estancias como la cocina, el refectorio, la bodega o el escritorio, así como los claustros y la iglesia. Dentro del templo se conservan las tumbas de los reyes Pedro III, y Jaime II y Blanca de Anjou. Monasterio de Santa María de Vallbona Situado a los pies de la sierra del Tallat, en la comarca del Urgell, el monasterio de Santa María de Vallbona es el cenobio cisterciense femenino más importante de Cataluña. Arquitectónicamente es más austero y sencillo que los otros ejemplos pertenecientes a la Ruta de los Reales Monasterios de Cataluña, pero tuvo un papel importante en la historia. Fue fundado en el siglo XII y, desde el siglo XIII, ha tenido una escuela monacal donde recibían formación las hijas de la nobleza. Aquí se alojaron Alfonso II de Aragón y la reina Sancha, Jaime I o Alfonso X el Sabio. Y dentro de la iglesia se conserva la tumba de la reina Violante de Hungría, esposa de Jaime I. Entre sus distintos espacios destacan el campanario octogonal, la sala capitular y el claustro, que presenta elementos de estilos románico, gótico y renacentista. Dentro del recinto hay una hospedería, donde puedes pasar unos días de reflexión y tranquilidad. Catedral de Barcelona La catedral de Barcelona es un gran edificio gótico, construido entre los siglos XII y XV, con una fachada neogótica muy ornamentada del siglo XIX. Esta es la vista monumental vista que se disfruta desde el Pla de la Seu, del cual la separa un tramo de escalera. Está dedicada a la Santa Cruz y a Santa Eulalia, patrona de la ciudad, que está enterrada en ella. En el interior destacan las capillas del Cristo de Lepanto y de Santa Lucía, románica, así como la cripta de Santa Eulalia y la puerta de San Ivón, que da acceso al claustro. Si entras en él durante la celebración de Corpus, podrás ver la tradición del ou com balla (“cómo baila el huevo”), y sus trece ocas blancas. El Pla de la Seu acoge anualmente la Fira de Santa Llúcia (Feria de Santa Lucía), un mercado navideño de larga tradición en el que podrás adquirir productos de la época como los típicos caganers. Catedral de Girona Construida en el punto más elevado del Barri Vell entre los siglos XI y XVIII, la catedral de Santa María de Girona presenta una notable diversidad de estilos. El claustro y el campanario, conocido como torre de Carlemany, son románicos; la enorme bóveda de la nave es gótica y la fachada principal responde al estilo barroco. También es barroca la famosa escalinata central, de noventa escalones, que lleva a la puerta principal. Construida en el siglo XVII, es una de las obras más singulares de este estilo en toda Europa. Por cierto, si te gustan las series de televisión, aquí se filmó una popular escena de Juego de tronos. Catedral de Santa María de Tarragona Situada en el corazón de la ciudad antigua, la Catedral de Santa María de Tarragona es un espléndido ejemplo de la transición del románico al gótico. Iniciada en el siglo XII y finalizada en el XIV, esta majestuosa construcción cautiva con su imponente fachada y un rico interior que alberga un magnífico altar mayor. El claustro, una obra maestra del románico, contiene un tranquilo jardín y fascinantes capiteles esculpidos que narran historias bíblicas y mitológicas. Uno de sus rasgos más característicos es su rosetón, una joya del arte gótico que ilumina la nave central. La Seu Vella de Lérida Coronando la ciudad de Lérida, La Seu Vella es un imponente monumento que combina elementos románicos y góticos. Construida durante los siglos XIII y XIV, su ubicación estratégica ofrece vistas panorámicas de la ciudad y su entorno. Su gran campanario románico y el majestuoso claustro son testigos de su rico pasado medieval. El claustro, en particular, es reconocido por su belleza escultórica y la variedad de motivos decorativos que adornan sus capiteles. A pesar de haber sufrido daños y transformaciones a lo largo de los siglos, La Seu Vella sigue siendo un símbolo potente de la historia y la cultura de Lérida. Catedral de Santa María de Urgell La Catedral de Santa María de Urgell es uno de los ejemplos más puros e impresionantes de arquitectura románica en Cataluña. Construida en el siglo XII, destaca por su sobriedad y armonía, además de ser la única catedral románica de Cataluña. El interior es notable por sus robustas columnas y arcos de medio punto que sostienen una bóveda sencilla pero elegante. Aloja uno de los pocos claustros románicos completamente conservados, donde cada arcada y capitel revela detalles únicos y una profunda sensibilidad artística. La catedral es también famosa por ser la sede de la Diócesis de Urgell, una de las más antiguas de España. Otros monasterios y catedrales de Cataluña para descubrir y conocer En Cataluña, la herencia religiosa es tan rica como variada, y está muy presente en muchos de sus monasterios y catedrales que aún se pueden visitar hoy en día. Un gran ejemplo es el Monasterio de Santa María de Ripoll, puerta de la alta montaña catalana, uno de los emblemas del románico en Cataluña. Su portada esculpida es una obra de arte que narra historias bíblicas con una complejidad y detalle inigualables. También destacamos el antiguo monasterio benedictino de San Pedro de Casserres, a orillas del río Ter, ofrece una vista imprescindible de la arquitectura románica en un entorno natural de gran belleza. Por otro lado, el Monasterio de Colera, situado en un tranquilo paraje del Alto Ampurdán, es una joya poco conocida que guarda silencio y misticismo entre viñedos y olivos. Más cerca de la actividad urbana, el Monasterio de San Cugat, con su impresionante claustro, es uno de los más completos y elaborados de todo el románico catalán. No podemos olvidarnos de San Pablo del Campo, un oasis de paz en el corazón de Barcelona, que transporta al visitante a la época medieval con su estructura íntima y acogedora. En la comarca del Lluçanès, Santa María de Lluçà sorprende con su claustro y los frescos románicos que hablan del profundo sentido espiritual del lugar. Finalmente, también destacamos la Catedral de Tortosa, en el sur de Cataluña, que domina la ciudad con su majestuosa fachada gótica y un interior que alberga una fascinante colección de arte sacro, testigo de su larga historia y de su papel central en la vida cultural y religiosa de la región. Estos monasterios y catedrales no solo son guardianes del arte y la historia, sino también portales a un pasado que sigue vibrante en cada piedra, fresco y bóveda.