Para Maria del Mar, la música popular es la cultura de un pueblo y lo que la ha hecho conectar con Cataluña. Nos cuenta cómo se siente cuando canta. Cómo puede ver y vivir paisajes a partir de sus composiciones, porque la música, para ella, también es un paisaje.Maria del Mar Bonet nació en Palma de Mallorca, pero se mudó a Barcelona, donde finalmente se quedó, para profundizar en sus estudios de cerámica y música. Como integrante de los Setze Jutges y defensora de la Nova Cançó, publicó sus primeros discos y se convirtió en una voz reconocida a nivel internacional.El Mediterráneo ha sido siempre el punto de referencia de su vida personal y artística, y lo considera su fuente de inspiración. De hecho, a través de su música, mezcla las raíces populares de los pueblos de la ribera mediterránea que tienen un vínculo directo con el paisaje catalán.En esta pieza, a través de sus palabras, nos muestra cómo la música es un paisaje que se integra en cada rincón del territorio, con su infinita riqueza cultural. Y junto con René Barbier y Manel Esteller, nos propone vivir la experiencia de cuidarnos a nosotros mismos mientras cuidamos de la Cataluña que nos rodea.Los tres, cada uno a su manera, nos recuerdan la importancia de preservar las raíces y la cultura de un pueblo, y cómo esta responsabilidad nos conecta con nuestro entorno. Por ejemplo, René, enólogo y viticultor, nos hace tomar conciencia de que la Tierra es un préstamo momentáneo y de que tenemos la responsabilidad de protegerla. O Manel, que nos recuerda que al cuidar el entorno nos estamos cuidando a nosotros mismos.Con su relato, y con el de sus compañeros, nos invitan a cuidar estas raíces, a explorar las ciudades, sentir la música, conectar con el paisaje y disfrutar de todo lo que este territorio privilegiado nos ofrece. Así que, si vienes a Cataluña, cuídate y cuídala.