La alimentación de los capones consiste exclusivamente en maíz y leguminosas sin aditivos.Estos pollos se crían al aire libre y sin prisas, siguiendo métodos tradicionales de hace siglos. A diferencia de los pollos normales, estos se castran con un único objetivo: mantener las cualidades oligolécticas de su carne. Con la castración se anula su capacidad hormonal, de manera que dejan de tener instinto reproductor y solo comen y duermen. Así, en los meses siguientes aumentan significativamente de peso. Una vez han alcanzado los cuatro o cinco meses de vida, se sacrifican, ya que es cuando la carne está perfecta para cocinar.Los ganaderos del Berguedà venden esta carne de excelente calidad desde 1993, y sus propiedades han llevado a incluirla en la denominación de Vedella i Pollastre ("ternera y pollo") del Berguedà. Igualmente populares y muy buscados por su calidad y su sabor son los capones de la Indicació Geogràfica Protegida de pollastre i capó del Prat . Estos se crían en la zona del Baix Llobregat también al aire libre y con una alimentación basada en un 80 % en cereales. Los dos tipos de capones se pueden encontrar durante todo el año, pero están mucho más buscados en celebraciones y fechas especiales, sobre todo, por Navidad.Las características de su carne, más grasa, tierna y sabrosa que la de los pollos normales, los hace ideales para rellenar y asar.Con los capones se pueden elaborar, entre otras muchas, la receta tradicional del "pollastre de pagès" (pollo de payés): el pollo hecho al horno se acompaña con una salsa a base de verduras, vino, manzanas troceadas y frutos secos (pasas y piñones). El "capó" también se puede hacer asado con sésamo, soja y miel, o puede prepararse para hacer rollitos rellenos.