Los calçots se consumen normalmente durante los meses de enero, febrero y marzo, y se cuecen con leña procedente de sarmientos. Se hacen directamente sobre la misma llama y se comen acompañados de una salsa típica, denominada salvitxada o salsa de calçots (hecha con tomate escalivado, almendra, ñora, ajo y aceite), o bien con salsa romesco.El origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando un campesino llamado Xat de Benaiges, de Valls, puso casualmente las cebollas al fuego. Unas décadas después, el consumo de calçots se extendió más allá de la comarca del Alt Camp, de la que es originario.Los calçots están registrados como Indicación Geográfica Protegida por la Unión Europea. Normalmente se comen en reuniones llamadas calçotades, en las que son el plato principal y llegan a consumirse por centenares. La calçotada más importante de Cataluña tiene lugar en Valls durante la Festa de la Calçotada, el último domingo de enero. En esta fiesta centenaria, además de comer las cebollas, se celebran tres concursos: de cultivadores de calçots, de salvitxada y de comedores de calçots.