La avellana se puede comer tanto cruda como tostada, y forma parte de muchas elaboraciones típicas de la cocina catalana, especialmente en repostería y pastelería. Se puede añadir a toda clase de recetas, como galletas, flanes o "mousses", por ejemplo.También es el ingrediente principal de una de las salsas más destacadas de la gastronomía catalana, el romesco, preparada con ajos, tomates asados y pimiento escaldado, e imprescindible para acompañar los calçots. Igualmente, se suele añadir a las picadas que acompañan a muchos guisos.Desde 1980 se celebra una Feria de la Avellana en la localidad de Riudoms, que tiene lugar a principios de agosto, y en donde se puede probar en horchatas, helados, licores, crêpes, embutidos, salsas y cocas.