Ingredientes Para una pequeña cantidad (aproximadamente 150-200 ml): 3-4 dientes de ajo (según el tamaño y la intensidad deseada) Aceite de oliva virgen extra de sabor suave (aproximadamente 150-200 ml) Una pizca de sal gorda Utensilios necesarios: mortero (preferiblemente de cerámica, piedra o madera), mano de mortero, aceitera con boquilla fina (opcional, pero muy recomendable) Tiempo de preparación: 15-20 minutos (dependiendo de la habilidad y la paciencia) Dificultad: media (requiere práctica para conseguir la emulsión) Pasos a seguir Pela los dientes de ajo. Si tienen el germen verde central (especialmente si los ajos no son muy frescos), es recomendable retirarlo para evitar que el alioli repita o tenga un gusto demasiado amargo. Corta los ajos en trocitos pequeños. Pon los trozos de ajo en el mortero junto con una pizca de sal gorda. La sal ayudará a picar los ajos y a iniciar la emulsión. Empieza a picar los ajos con la mano de mortero, con movimientos circulares y constantes, aplastándolos contra las paredes del mortero. Continúa picando con paciencia hasta obtener una pasta fina, homogénea y ligeramente húmeda. Este paso es crucial; cuanto más fina sea la pasta de ajo, más fácil será emulsionar el aceite. Una vez tengas la pasta de ajo bien fina, empieza a añadir el aceite de oliva muy lentamente, gota a gota al principio, mientras sigues removiendo enérgicamente con la mano de mortero, siempre en la misma dirección y sin parar. Es importante que el aceite se integre completamente antes de añadir más.A medida que la salsa empiece a emulsionar y a espesar, puedes ir añadiendo el aceite en un hilo muy fino y continuo, sin dejar de remover. Observa la textura: si ves que el aceite no se integra bien o la mezcla se vuelve demasiado líquida, deja de añadir aceite y sigue removiendo hasta que recupere la consistencia. Continúa añadiendo aceite y removiendo hasta obtener la cantidad deseada de alioli y la textura que más te guste: más o menos espesa. Pruébalo y rectifica de sal si es necesario. Presentación y guarniciones recomendadas El alioli tradicional hecho solo con ajo y aceite es mejor consumirlo al momento o poco después de hacerlo, ya que la emulsión puede ser delicada. No se recomienda guardarlo en la nevera, porque puede perder textura. El alioli se sirve tradicionalmente en el mismo mortero donde se ha preparado o en una pequeña salsera. Simplemente con pan tostado es un aperitivo delicioso, aunque también es el acompañamiento perfecto para una gran variedad de platos: Carnes a la brasa (costillas de cordero, butifarra) Pescado al horno o a la plancha Caracoles ‘a la llauna’ Patatas al rescoldo o hervidas Verduras a la parrilla Otras recetas relacionadas que puedes preparar Romesco Escalivada Arroz negro del Empordà