Las comarcas litorales y prelitorales del sur de Cataluña han sido tradicionalmente grandes productoras de algarrobas, pero su cultivo ha ido en retroceso en los últimos años y ya casi no se producía para el consumo humano. No obstante, un grupo de profesionales de la gastronomía del colectivo Cuines del Vendrell empezó a promocionar este producto a principios del siglo XXI con campañas participadas por diferentes establecimientos de restauración de la capital del Baix Penedès.De esta iniciativa surgió el pastel de algarroba ideado por el chef Josep Llagostera y adoptado como postre típico de la población. Está elaborado con harina de algarroba triturada y tostada y almendras. El detalle final que decora el pastel es la figura de Pau Casals en azúcar glaseado.La harina de algarroba ha ganado cierto mercado recientemente como sustituto más saludable y km 0 del cacao, dada su característico dulzor. Además, es baja en grasas y calorías y no contiene cafeína ni los otros estimulantes del cacao. De su semilla, el garrofín, se hacen aditivos alimentarios como el espesante denominado goma de garrofín.