En esta etapa, el camino sale de Vic por el puente de piedra que cruza el Mèder. En la orilla del río, a mano izquierda, aparece enseguida Sentfores, una pequeña localidad también conocida como la Guixa. Su castillo está documentado del año 911, y la iglesia de San Martín de Sentfores, de 930. Del castillo, que se levantaba en la cima de un otero dominando el camino hacia Santa Eulàlia de Riuprimer, no queda prácticamente ningún resto, sólo algunos fragmentos de muralla. Muy cerca se encuentran los vestigios de lo que fueron trincheras excavadas durante la Guerra Civil.
En el límite del término municipal, sobre el cerro de Sant Sebastià, se encuentra la ermita de San Sebastián donde en 1705 tuvo lugar el episodio conocido como la «conjura de los vicenses», en el que un grupo de ciudadanos de Vic acordó tomar partido por el pretendiente Carlos de Austria y autorizar la firma del pacto de Génova con las potencias europeas que le apoyaban.
Pasado Sentfores, la ruta sigue un itinerario natural, perfectamente indicado, que avanza primero por la riera del Mèder y, después, paralelo a la carretera hasta llegar a Santa Eulàlia de Riuprimer, un pueblo aislado y rodeado de montañas. Aquí se encontró un miliario romano, señal que por el municipio pasaba una antigua vía romana. Todo indica que se trataba del itinerario que unía Vic (Ausa, para los romanos) con Zaragoza (Caesaraugusta). La iglesia de Sant Eulàlia está documentada del siglo X y fue rehecha durante el siglo XI bajo los auspicios del abad Oliba. El edificio actual es de estilo barroco, aunque en el crucero se conservan las ventanas románicas de doble ajimez.
El río Mèder acompaña al caminante en los primeros pasos hacia L'Estany, pero después se deja a mano derecha y se sigue una pista que pasa por la casa de colonias L'Aliberch y que se dirige hacia la aldea de Muntanyola. Pero antes de llegar, la ruta se desvía hacia el suroeste y se adentra en el bosque. Al salir de él, en medio de un llano de campos labrados, aparece L'Estany.
Cerca del pueblo en otros tiempos había una laguna, que fue desecada en 1570 por orden del abad Carles de Cardona para evitar así los focos de epidemias que comportaba. La laguna estaba al este de la población y todavía se llena en época de lluvias abundantes. Las casas del pueblo son de piedra y constituyen un buen ejemplo de pueblo rural, casi montañés. La mayoría de visitantes que se acercan a la localidad lo hacen atraídos por el conjunto extraordinario del monasterio románico, formado por la iglesia de Santa María, el claustro y un pequeño museo anejo donde se resume la historia del cenobio. La plaza que se abre delante del monasterio y las viejas calles del pueblo mantienen también un especial encanto medieval.
Coll de Panissars-Alcarràs. Etapa 8: de Vic a L’Estany
Paisatges Barcelona
Coll de Panissars-Alcarràs. Etapa 8: de Vic a L’Estany
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