Camin Reiau. Un recorrido repleto de historia

El Camin Reiau recupera este recorrido milenario que servía como vía de comunicaciones entre las diferentes poblaciones de La Val d'Aran.

El Camin Reiau recorre alrededor de 150 kilómetros a través de los 33 pueblos de La Val d'Aran. Es una ruta nueva y antigua a la vez. Nueva, porque acaban de recuperar el trayecto, y antigua porque, como Vía Augusta, ya la utilizaban los romanos. El punto de partida es Vielha, la capital de la comarca. Se sigue hacia Salardú, donde está la iglesia de Sant Andreu, una fusión del estilo románico y gótico, con el famoso Crist de Salardú, del siglo XII, en su interior. A continuación se pasa por Montgarri, un pueblo abandonado en la década de los sesenta, donde solo queda el santuario y un refugio, y por el Pla de Beret, con los ríos Noguera Pallaresa y Garona.

La ruta sigue por Bagergue, donde se halla el Museo Etnológico Eth Corrau, por Vilamòs, en cuya iglesia hay restos romanos de los siglos IV y V, y por Unha, que cuenta con un museo dedicado a la nieve y en el que los visitantes pueden ver cómo eran las antiguas casas aranesas. Otros pueblecitos que merecen una mención especial son Arties, que tiene dos iglesias, Sant Joan y Santa Maria, y algunas de las casas renacentistas más notables del valle, y Bausen, conocido por su hayedo milenario, la Fageda de Carlac, por las vistas que ofrece sobre la Vall de Toran, y por la leyenda de los amantes de Bausen.

De hecho la ruta consta de diez etapas que transcurren entre los diferentes pueblos del valle: de Vielha a Salardú, de Salardú a Montgarri, de Montgarri a Arties, de Arties a Montcorbau, de Montcorbau a Arres de Jos, de Arres de Jos a Canejan, de Canejan a Era Honeria, de Era Honeria a Bausen, de Bausen a Bossòst, y de Bossòst a Vielha.

Un paseo por la flora y fauna de La Val d'Aran

La Val d'Aran está poblada de bosques de pinos, abetos y avellanos, así como de prados alpinos y subalpinos, con el rododendro como planta estrella. En cuanto a la fauna, el caminante podrá contemplar desde majestuosas águilas reales y quebrantahuesos, hasta marmotas, en verano, y ciervos comunes, en otoño.