En Beuda se produce una perfecta comunión entre la naturaleza y la arquitectura medieval, que incluye varias casas solariegas, monasterios románicos y un castillo ancestral. La iglesia del Sant Sepulcre de Palera (siglo XI) y la de Sant Feliu de Beuda (siglo XI) son dos ejemplos arquitectónicos que no hay que perderse.
El municipio está recluido entre el macizo del Mont y el valle del Fluvià. Dentro del término encontramos otros tres caseríos: Lligordà, Palera y Segueró. El territorio, montañoso, húmedo y agreste, se nutre de un grupo de ramblas, como la del hoyo del Espinau o la del salto de Palera.
Tienen fama las canteras de alabastro de Beuda, explotadas desde la época romana y utilizadas durante la Edad Media para hacer retablos y esculturas por todo el país.
Imprescindibles
- Ver el Sant Sepulcre de Palera.
- Hacer una visita a la iglesia de Sant Feliu de Beuda.
- Conocer Can Noguer.
- Subir hasta el Castellot o castillo de los Moros.
- Entrar en la iglesia de Santa Maria de Palera.
- Visitar el santuario de la Mare de Déu del Mont.
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