Alt Empordà

Guía de comarcas
Situada en el extremo nordeste de Catalunya, el Alt Empordà cuenta con una gran riqueza paisajística compuesta por tres espacios naturales protegidos: el Cap de Creus, la Sierra de la Albera (donde acaban los Pirineos) y los Aiguamolls de l'Empordà. Todo ello ofrece una amplia gama de actividades para disfrutar tanto de la montaña como del mar. La diversidad del relieve de su litoral acoge desde playas largas y arenosas a caletas escondidas entre las rocas.

· Conocer la obra y vida del pintor Salvador Dalí en su teatro-museo de Figueres y en su casa de Portlligat.
· Recorrer a pie las rutas GR 11 y el Camino de Ronda.
· Acercarse a los yacimientos grecorromanos de Roses y Empúries.
· Visitar el monasterio románico de Sant Pere de Rodes y la catedral gótica de Castelló d'Empúries.


· Tastar el 'suquet' de pescado fresco y asistir a la Fira de l'Anxova i el Suquet de L'Escala.
· Descubrir los dólmenes y menhires de la Sierra de l'Albera, cerca de Agullana.
· Practicar deportes náuticos en las playas de Roses o Sant Pere Pescador.
· Darse un baño en alguna caleta escondida entre las rocas del Cap de Creus.
· Recorrer en bici el Parc Natural dels Aiguamolls de l'Empordà.
  • Provincia: Girona
  • Extensión: 1358
  • Habitantes: 140118
  • Web: CA[http://www.empordaturisme.com]

Situación geográfica

L'Alt Empordà está situado al norte de la Costa Brava y en el extremo noreste de Catalunya, tocando con Francia. Limita con los Pirineos al norte, que se precipitan por la Sierra de l'Albera hasta el Cap de Creus que se adentra en el mar Mediterráneo (este). La llanura del  Alt Empordà que la une con el Baix Empordà al sur y las comarcas del Pla de l'Estany y la Garrotxa, al suroeste, está regada por dos ríos que mueren en el Golfo de Roses: el Muga, que proviene de las aguas de L'Albera, y el Fluvià, que nace en la Garrotxa.

Clima

El clima es mediterráneo, templado y húmedo, que favorece la presencia natural de una vegetación típicamente mediterránea. Las temperaturas son moderadas. La media anual es de unos 16 °C. De noviembre a marzo hay peligro de heladas debido a las bajas temperaturas.

Los vientos tienen una gran importancia en el clima del Empordà, sobre todo la tramuntana, que es un viento frío y fuerte procedente del norte que sopla principalmente en invierno. La marinada o garbí es un viento muy frecuente en verano, y es el responsable de la mayor parte de la lluvia de la estación cálida.

Actividades económicas

La economía de la comarca es tradicionalmente de carácter rural, en la que destacan los cultivos de olivares, viñedos, trigo o la horticultura y los frutales. La parte más cercana a los humedales está destinada al pasto de la ganadería.

Si bien la pesca no tiene un papel tan importante como la ganadería y la agricultura, cuenta con algunos puertos relevantes como los de Roses, El Port de la Selva, Llançà y L'Escala.

Durante los últimos años, el turismo se ha convertido en uno de los principales motores económicos del Alt Empordà, que recibe visitantes nacionales e internacionales atraídos por las playas y parajes naturales propios de la Costa Brava.

Historia

El Alt Empordà es una de las comarcas con más antigüedad histórica de Catalunya. Hoy en día todavía conserva centenares de dólmenes y menhires de la cultura megalítica entre la Sierra de Rodes y la Sierra de l'Albera, pero el mayor dolmen de todo el territorio catalán se encuentra en la Creu d'en Cobertella, en el municipio de Roses. En esta ciudad también se instalaron colonias griegas, como demuestran sus yacimientos arqueológicos, que también se encuentran en Empúries, donde  se asentaron después los romanos. La Fiesta del Triunvirato Mediterráneo (o feria grecorromana), celebrada en L'Escala durante el mes de mayo, recuerda el esplendor histórico del Imperio Romano.

Más adelante, entrando en la Edad Media, la comarca acogió a los monjes benedictinos, que contribuyeron a la organización del territorio y, desde el siglo XI, se añadieron las fundaciones agustinianas.

La situación fronteriza de la comarca la ha convertido en escenario constante de guerras e invasiones desde la antigüedad. De aquí que se encuentren castillos, como el Castell de Peralada, y otras fortificaciones de la época medieval y moderna repartidas por todo el territorio.

El paso por el Alt Empordà de los movimientos artísticos como el Gótico, el Barroco, el Renacimiento y el Modernismo en Figueres, Agullana, Roses, Cadaqués o Portbou han dejado auténticas obras de arte dignas de visitar. De todos modos, cabe remarcar especialmente, como época dorada del territorio, la protagonizada por Cadaqués, a principios del siglo XX, cuando se convirtió en un centro artístico de vanguardia reforzado por la presencia de Dalí, Magritte, Buñuel, Picasso o Duchamp, entre otros artistas de renombre.

Coincidiendo con el año del estallido de la Guerra Civil, y con la división territorial en comarcas, la región que se había conocido hasta entonces como Empordà se dividió en dos: el Baix y el Alt Empordà.

Qué ver

El Alt Empordà conserva varios monumentos que recorren la historia de la comarca desde finales del Neolítico hasta el movimiento surrealista. De la era prehistórica se conservan dólmenes y menhires en la zona de la Albera, cerca del municipio de Agullana, y en el Cap de Creus; y del paso de las civilizaciones griegas y romanas quedan los restos de Empúries y la Ciutadella de Roses. De la Edad Media hay que destacar las numerosas iglesias románicas repartidas por el territorio y los monasterios, como la iglesia-colegiata de Santa Maria de Vilabertran, el de Sant Miquel de Fluvià o el de Sant Pere de Rodes, entre otros. Este último es el principal exponente de este estilo artístico en la comarca. Del estilo posterior vale la pena visitar el convento gótico del Carme en Peralada o la catedral de Castelló d'Empúries.

Figueres acoge, además del castillo de Sant Ferran, del siglo XVIII, algunos edificios modernistas dignos de visitar y el teatro-museo del genial pintor surrealista Salvador Dalí, una de las paradas imprescindibles para conocer el legado del artista que, junto con el Castell Gala-Dalí de Púbol, en el municipio de La Pera (en el Baix Empordà) y la casa de Portlligat, en Cadaqués, permiten descubrir una de las figuras más representativas de la historia del arte.

En cuanto a los espacios museísticos, la comarca acoge, además, el Museu del Joguet en Figueres y el Ecomuseu-Farinera en Castelló d'Empúries, dedicado a mostrar los antiguos métodos de producción de harina.

Qué hacer

El accidentado relieve del litoral del Alt Empordà ofrece una gran diversidad de playas y calas, consideradas unos de los principales atractivos de la Costa Brava. Las hay de arena en Sant Martí d'Empúries, Sant Pere Pescador y Castelló d'Empúries, así como caletas escondidas entre las rocas del Cap de Creus, en la vertiente norte de la costa, o las que acogen los municipios de Roses, Cadaqués, El Port de la Selva, Llançà, Colera o Portbou.

A la hora de elegir el lugar adecuado para el baño también hay que tener en cuenta las playas más animadas, situadas en Empuriabrava (Castelló d'Empúries), Roses o L'Escala, espacios ideales, además, para practicar deportes náuticos como el kayak, el submarinismo, la vela o el kitesurf, entre otros.

El Alt Empordà acoge un gran patrimonio natural que ofrece rutas para realizar en bicicleta de montaña, a caballo o a pie. En este sentido, hay que mencionar el último tramo del sendero de gran recorrido que va desde los Pirineos hasta el mar, el GR 11, y también el GR 92 o Camino de Ronda que recorre el litoral catalán desde Llançà, pasando por el abrupto relieve del Cap de Creus. De hecho, es la única comarca de Cataluña que cuenta con tres espacios naturales catalogados en un territorio de sólo cien kilómetros cuadrados: el Parc Natural dels Aiguamolls de l'Empordà, el Parc Natural del Cap de Creus y el Paratge Natural d'Interès Nacional de l'Albera.

En la tierra altoampurdanesa se ha practicado desde siempre la agricultura y la ganadería, de aquí que se encuentren productos que destacan la identidad de la gastronomía de la zona: las anchoas de Roses y L'Escala, donde celebran la Fiesta de la Anchoa y el Suquet, el aceite de los municipios de Pau, Masarac, Cabanes o Ventalló, que acoge la Fira de l'Oli en septiembre, o las manzanas de Sant Pere Pescador y L'Armentera. Además, vale la pena degustar algún plato típico como el 'suquet' de pescado fresco.

Desde hace más de veinticinco siglos, el Alt Empordà es tierra de vinos. Por ello cuenta con una denominación de origen propia y una guía de rutas enoturísticas para descubrir las bodegas de la comarca.

En cuanto a las propuestas culturales, hay que mencionar el Festival de Música Castell de Peralada, que programa cada verano a grandes figuras nacionales e internacionales de la música moderna y lírica.

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